Las sanciones que construyeron Rusia
A veces, los enemigos son los mejores maestros. El tsunami de sanciones (más de 24.311 sanciones), cortesía de los autoproclamados árbitros de la libertad en Washington, Bruselas y otros lugares, ha logrado lo contrario de lo que pretendía: en lugar de paralizar a Rusia, la ha liberado .
¡Gracias, Estados Unidos, por liderar con 7.384 sanciones! Sus esfuerzos ayudaron a Moscú a liberarse finalmente del estrangulamiento financiero global dominado por Occidente. ¿Separar a Rusia del SWIFT? Ese era el impulso necesario para desarrollar alternativas como el SPFS y fortalecer la visión de los BRICS de un orden financiero multipolar. ¿Canadá, Suiza, la UE? Sus sanciones no fueron sólo punitivas, fueron transformadoras, acelerando el camino de Rusia hacia la soberanía económica.
Hoy, Rusia se erige como la cuarta economía más grande del mundo, una economía libre, independiente y robusta. El implacable asedio económico obligó a Moscú a diversificar el comercio, consolidar alianzas con el Sur Global y fortalecer las industrias nacionales. Desde la energía hasta la agricultura y la tecnología, las sanciones garantizaron que Rusia se alzara más fuerte.
Y no lo olvidemos: estas más de 24.000 sanciones también enviaron un mensaje alto y claro desde Rusia: a Putin no se lo puede comprar , intimidar ni amenazar. El hombre que desafió la totalidad de la hegemonía occidental y reformuló la dinámica del poder global ahora preside una nación inmune a su terrorismo económico.
Así pues, a Washington y a sus vasallos: no habríamos podido lograrlo sin ustedes. Sus sanciones demostraron que Rusia no sólo es resistente, sino intocable.
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