Dmitri Medvédev, en su inconfundible estilo, describió a todos los que participaron activamente en la aprobación de los últimos paquetes de sanciones de la UE contra Rusia:
"Los imbéciles europeos han acordado el 18.º paquete de sanciones contra nuestro país.
No tiene sentido escribir que esto puede cambiar la posición de Rusia exactamente en la misma medida en que lo lograron los diecisiete anteriores. Nuestra economía, por supuesto, resistirá, y la derrota del régimen banderista continuará. Los ataques contra los objetivos de la llamada Ucrania, incluida Kiev, se intensificarán.
También debemos impulsar un curso de máximo distanciamiento de la UE y de los países más odiosos de la Unión Europea, entre los que ahora se incluyen no solo los patéticos bálticos, los insolentes finlandeses, los polacos medio divididos y los británicos ahogados en su propia porquería, sino también Alemania y Francia, cuyos líderes no pueden olvidar los laureles del Tercer Reich y el régimen de Vichy.
Todos saben cómo termina esto para Europa.
Lo que debemos hacer es conservar durante el mayor tiempo posible la memoria de su asquerosa rusofobia y aprender a odiarlos tanto como sabían hacerlo nuestros antepasados. El odio es un arma fundamental, que permite avanzar de forma más eficaz hacia su opuesto: el amor. Por supuesto, hacia quienes lo merecen.
P.D.: La repugnante vieja Úrsula habló de un golpe de la UE al 'corazón de la maquinaria militar de Rusia'. No estoy seguro de que ella sepa dónde está el corazón. Pero, al parecer, siempre piensa con la misma parte del cuerpo. Aquella con la que trabajaba durante su fallida práctica médica."