Les dejo este articulo interesante sobre el partido rémora llamado PVEM
El Partido Verde Ecologista de México (PVEM) es una institución política sui generis en México y en el mundo. Lejos de ser un órgano de participación electoral popular o de masas, que busque el poder, con un proyecto de nación definido, opera en los hechos como una cerrada cofradía de unas cuantas familias beneficiarias de las prerrogativas que la ley les confiere; que sobrevive de ofrecer a partidos mayores alianzas coyunturales a cambio de puestos burocráticos; que maneja un discurso ambiguo pero fundamentalmente populista, ajeno a los ideales ambientalistas mundiales, lo que incluso le ha valido ser desafiliado de esa corriente internacional de partidos. Promotor de iniciativas ligeras, como la pena de muerte a secuestradores y asesinos o de que se paguen medicinas privadas en instituciones de salud públicas —en claro beneficio para el sector farmacéutico en el que participan algunos de sus familiares—, el PVEM también se ha visto envuelto en escándalos de su dirigencia, cuyo perfil no es el del activismo desinteresado a favor de la causa “verde”. Por ejemplo, la cabeza fundadora de la dirigencia verde, Jorge González Torres, invirtió más de 35 millones de pesos en comprar dos departamentos de lujo y un terreno de 84 hectáreas en una zona sujeta a protección ecológica, en donde sólo se podrá construir si se modifica el Programa de Ordenamiento Ecológico Local (POEL). ¿Un “ecologista” construyendo en la selva? Cancún, la que hoy parece ser la nueva sede del Partido Verde, es un ejemplo de la devastación del ambiente a costa de intereses muy particulares. La destrucción del manglar, la erosión de la arena original en el sitio, así como la merma de especies son consecuencia directa de la voracidad hotelera e inmobiliaria que lejos de molestar al partido “verde” resulta ahora uno de sus incentivos. Que un partido político mantenga su registro en esas condiciones, en medio de un gran descrédito público y utilizando la ley electoral a su favor, sin que en los hechos la vida nacional se haya beneficiado, no sólo ha sido posible por la habilidad de su cúpula dirigente, sino porque el sistema de partidos mexicano lo permite, lo que en su momento tendrá que ser revisado dentro de una reforma política de gran envergadura, con el fin de privilegiar a agrupaciones políticas con verdadera vocación de servicio y trabajo político de masas. De esa forma se desincentivará la creación de partidos-franquicia como el PVEM.