Para
2016 la Flota Rusa recibirá varios buques “stealth” de bajo y mediano
calado los cuales serán invisible a los radares, esto construidos de
material compuesto y otras tecnologías furtivas lo que duplicara su
invisibilidad al radar y reducir en 20% su peso, dichos barcos serán
desplegados en su mayoría en el Mar Negro.
La
imperfección del material compuesto es la fragilidad de los cascos
haciendo imposible que puedan navegar entre hielos, los cuales afectan
gran parte de la base de la flota del Norte en Murmansk.