La Administración Biden envió una lista de reformas que el Gobierno de Zelensky tiene que implementar si espera seguir recibiendo ayuda de EE.UU. y, en consecuencia, de Europa, las cuales incluyen la liberalización de las tarifas de gas natural y energía, preparar a Ucrania para la energía verde y la red energética de la Unión Europea, y aumentar en un miembro los consejos de supervisión de las energéticas estatales UkrEnergo y Naftogaz.
La reforma menos creíble de las que exige Washington a Kiev es reforzar la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU), otorgándole facultades para interceptar comunicaciones e instando a preservar su independencia y autoridad exclusiva en las investigaciones de casos de corrupción de alto nivel.
Y decimos que es la menos creíble de todas porque viene del actual Gobierno de EE.UU., y fue precisamente Biden quien se encargó en 2018 de impedir que se combatiera la corrupción en Ucrania despidiendo al fiscal general Víktor Shokin, quien también investigaba la trama de corrupción de Burisma que implicaba a su hijo Hunter y al propio presidente estadounidense.
🔗Fuente: Ukraínska Pravdka
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