Entre el 9 y 11 de octubre cerca de 512 empresas han abandonado como domicilio Cataluña, y se espera que el número aumente ante las ambiguas declaraciones de Puigdemont sobre la independencia
Aunque las empresas seguirán operando en la región internacionalmente es visto como algo malo que empeoraría la credibilidad si es que Cataluña llegara a ser independiente, actualmente sus bonos como comunidad autonómica tienen un nivel de basura