En septiembre de 2010 México celebro 200 años de independiente pero lo que si enoja a todos es leer los siguientes artículo que demuestran en el despilfarro excesivo de dinero en celebraciones efímeras, contratos millonarios asignados sin concurso, lo peor que no queda algo que futuras generaciones disfruten:
En el abandono, Coloso y relojes del Bicentenario
A más de seis meses de los Festejos del Bicentenario, los objetos que se utilizaron para la celebración, como el Coloso y los Relojes, están en el abandono y obras importantes como el Parque Bicentenario y el monumento la Estela de Luz siguen inconclusas. EL UNIVERSAL realizó recorridos por las obras mencionadas como el Coloso, obra de 20 metros de altura y 8 toneladas, que fue elaborado por Juan Carlos Canfield. La figura sigue en los patios del Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) de la Secretaría de Educación Pública (SEP). El Coloso, que antes se encontraba cubierto por unas lonas, ahora ya no está protegido y en los días de lluvia ha quedado a la intemperie. Al solicitar información en la SEP sobre el destino final de la pieza, respondieron que siguen en la búsqueda de un área donde ubicarlo, pues por el material, señalaron, la enorme obra no puede estar a la intemperie. De los 34 relojes de cuenta regresiva que se instalaron a partir de 2008 en las Entidades Federativas (uno adicional en el DF y otro más en Guanajuato) por parte de la Agencia Turissste, y cuyo costo fue de 11 millones 726 mil pesos, al día de hoy la mayoría se encuentran sin utilizar y se desconoce el uso final que se les dará. En el caso del Parque Bicentenario, que tuvo una inversión de mil 15 millones de pesos, tiene aún 22 hectáreas por ser acondicionadas. El lago, el área de comida rápida y oficinas propias del parque siguen sin construirse. Personal encargado del Museo del Parque Bicentenario —edificio que ya existía en lo que antes fuera la Refinería de Azcapotzalco— comentaron que aún continuarán los trabajos “por mucho tiempo” y se pudo constatar la existencia de varias máquinas de trascabo así como un gran muro rojo que delimita la zona que ya está terminada del parque de la que está inconclusa.