Excelente
articulo para celebrar la trayectoria del periódico el Financiero, como la presidencia
de México lleva años ocupada por tecnócratas “educados” en Estados
Unidos.
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Como
dicen que el buen periodista tiene como aliado a la suerte, el nacimiento de EL
FINANCIERO hace 31 años se colocó en el centro de cuando menos dos tendencias nacionales:
el gran viraje del proyecto de la Revolución Mexicana al neoliberalismo y el
surgimiento del periodismo económico especializado. Pero la suerte del
periodista requiere del apoyo de la profesionalización. Y ahí EL FINANCIERO
inauguró un nuevo estilo periodístico en un ambiente dominado aún por el Ogro
Filantrópico de Octavio Paz o la Dictadura Perfecta de Mario Vargas Llosa. El
año de 1981 -para usar la categoría de Octavio Paz sobre 1968- fue un año
axial, otro, un año eje. La crisis económica que se recrudeció con la baja de
los precios del petróleo y la decisión equivocada del gobierno de José López
Portillo de retar al mercado y cubrir ingresos de exportaciones de crudo con
deuda condujeron a la definición de la sucesión presidencial a favor del equipo
de tecnócratas que instalaron el proyecto neoliberal de desarrollo y las dos
facilitaron el estallamiento del colapso de 1982. En 1981 terminó el ciclo
revolucionario de México, iniciado en 1910. El México de los compromisos
sociales de la Revolución fue apabullado por la crisis fiscal del Estado. En
septiembre de ese año fue destapado Miguel de la Madrid Hurtado como candidato
presidencial priista y con él llegaron los jóvenes educados en el extranjero, parte de un modelo de ocupamiento intelectual que ya
había previsto Richard Lansing, secretario de Estado del presidente de Estados
Unidos Woodrow Wilson, desde 1924.
"México es un país extraordinariamente fácil de dominar
porque basta controlar a un solo hombre: el Presidente. Tenemos que abandonar
la idea de poner en la Presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que
eso llevaría otra vez a la guerra. La solución necesita más tiempo: debemos
abrir a los jóvenes ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el
esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el
respeto al liderazgo de Estados Unidos. "México necesitará de
administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar
cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la Presidencia. Sin
necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo
que queramos.
Y lo
harán mejor y más radicalmente que nosotros." La sucesión presidencial de
1982 se resolvió en 1981 entre tres opciones, no personalidades sino enfoques y
definiciones de país: el político-político Javier García Paniagua, el
tecnócrata neoliberal De la Madrid y el técnico apolítico Jorge Díaz Serrano.
El 25 de septiembre de 1981 el dedazo benefició a De la Madrid y con él llegó
Carlos Salinas de Gortari, quien desde 1979 se había encargado de redefinir la
política económica en función del mercado y quien terminó de enterrar al Estado
de la Revolución Mexicana.
La noticia principal de la edición No. 1 de EL FINANCIERO
trató de la salida de García Paniagua de la presidencia del PRI, paso final
para consolidar el viraje histórico del país hacia la tecnocracia. Ese cambio en la élite burocrática
consolidó el gran viraje nacional: los políticos fueron desplazados por los
tecnócratas. En ese contexto nació EL FINANCIERO, el primer periódico
profesional de información económica, con periodistas que tuvieron que
capacitarse sobre la marcha en la cobertura de temas especializados. Casi diez
años después, en 1990, como previsión de la lucha sucesoria que llegaría en
1993-1994, EL FINANCIERO inauguró la sección política para completar la
cobertura de la realidad nacional y la convirtió en la más influyente del
periodismo nacional. En esos dos temas EL FINANCIERO fue crítico, profesional,
analítico; en sus páginas se documentaron los grandes virajes nacionales en
economía y política. En 1981-1990 México abandonó el proyecto histórico de la
Revolución Mexicana y se metió en los laberintos neoliberales; EL FINANCIERO
fundamentó como nadie la crisis política en las elecciones de 1988 con su
titular histórico "Aún nada para nadie" que irritó al grupo salinista
que tuvo que profundizar el autoritarismo para no perder el control de los
acontecimientos.
A
comienzos de 1990 Salinas de Gortari inició en secreto la negociación del
tratado de comercio libre con los Estados Unidos. Y en 1994 el subcomandante
Marcos irrumpió con la guerrilla cibernética y su política de comunicados
poniendo a EL FINANCIERO como uno de sus destinatarios expresos, lo que fue, en
realidad, un reconocimiento al papel político del periódico en la crisis
nacional. Así fue como EL FINANCIERO nació en el año del quiebre histórico y le
tocó narrar el México de la crisis económica, de la escalada de la crisis
política, de la ruptura de 1994, de las vacilaciones de la política económica,
de la tecnocratización de la élite gobernante.