Las palabras de Peña Nieto suenan muy bien pero este nuevo presupuesto
es deficitario y el más grande de la historia de México, les dejo este artículo
del Señor Sergio Sarmiento.
// Jaque Mate
Desde el 1o. de diciembre, e incluso antes, varios funcionarios del
nuevo gobierno nos han dicho que en 2013 México tendría un presupuesto austero
que nos permitiría lograr un déficit cero. La decisión ha generado aplausos.
Austeridad significa que el nuevo gobierno estaría gastando menos que los
anteriores. Tener un déficit cero quiere decir que el sector público no
erogaría más de lo que gana y no tendría ya que contratar nueva deuda pública
para dejarla a nuestros hijos y nietos. El único problema es que cuando
revisamos las cifras del Presupuesto de Egresos de la Federación nos
encontramos con que todo lo anterior es una mentira que se sostiene sólo en una
contabilidad creativa. El gasto neto total presupuestado para 2013 es de 3
billones 902 mil 300 millones de pesos y
es el mayor de toda la historia de México. La cifra rebasa en 94,300
millones de pesos lo presupuestado para el 2012 lo cual es un aumento de 2.4
por ciento real. Afirmar que el mayor presupuesto de la historia es austero
resulta, en el mejor de los casos, un uso equívoco de la palabra. ¿Y el déficit
cero? Éste solamente surge por la omisión contable de algunos rubros de gasto.
El más importante, sin duda, es la inversión de Pemex. No estamos hablando de
una bicoca: se trata de 326 mil 300 millones de pesos. Nos podrán argumentar
que esta inversión sí es productiva, al contrario del resto del gasto público,
y
por lo tanto hay que tratarla de forma diferente. Pero la verdad es que
el presupuesto no omite otros rubros de inversión, como el de la Comisión
Federal de Electricidad. De hecho, uno de los orgullos de este presupuesto es
que incrementa la inversión del sector público en 6.6 por ciento real para alcanzar
los 729 mil 100 millones de pesos (sin contar a Pemex). Por otra parte, no se
han eliminado del presupuesto los ingresos de
Pemex. En estas circunstancias omitir la inversión de Pemex no
parece tener más sentido que aumentar el gasto sin que esto se refleje en las
cifras finales. Otros pequeños "ajustes" ayudan a lograr el déficit
cero. Por ejemplo, no se incluyen en el gasto neto los pagos de deudas por
Pidiregas ni los del IPAB, a pesar de que cada uno es superior al 0.1 por
ciento del Producto Interno Bruto. Con un PIB de 16 billones 715 mil 600
millones de pesos esto equivale a 16,715.6 millones de pesos por cada uno.
El presupuesto registra también un rubro de "Adecuaciones a los
registros presupuestarios" que no se incluyen en el gasto neto y que
equivalen a 0.3 por ciento del PIB: 50,146.8 millones de pesos, ¡mire usted qué
"adecuación"! Si realmente el presupuesto tuviera déficit cero, el
sector público no tendría que contratar más deuda. Pero los requerimientos
financieros del sector público para 2013 ascienden a 2.4 por ciento del PIB. Es
verdad que la cifra es inferior al 2.8 por ciento del PIB del presupuesto de
2012, pero aun así representa 401 mil 174 millones de pesos. Cero, lo que se
dice cero, no es. El presupuesto récord de gasto público equivale a 33,381
pesos por cada uno de los 116.9 millones de hombres, mujeres y niños que
vivimos en este país al cierre de 2012. Hay que preguntarse si los mexicanos
recibimos algo siquiera cercano a esa cantidad en servicios públicos. Sería maravilloso
tener un déficit cero y no contratar más deuda pública. Pero si lo tenemos que
hacer, ¿para qué nos mentimos a nosotros mismos? La verdad es que el sector
público tendrá que contratar 401 mil millones de nueva deuda neta en 2013. Éste
es el verdadero tamaño del déficit.