Desde la perdida de Iran en los 70’s, Estados Unidos no ha parado
en su intento de provocar una confrontación directa y tener carta abierta para
invadir y recuperar las inmensas riquezas persas,
Les dejo una entrevista al respecto a un experto en temas geopoliticos Pepe
Escobar:
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Kourosh
Ziabari: Estimado Pepe: ¿Cuál es su punto de vista sobre el nombramiento por el
Presidente Obama de John Kerry como Secretario de Estado y de Chuck Hagel como
Secretario de Defensa? ¿Se propone enviar una señal de que quiere solucionar
los temas provocativos de la política exterior de EE.UU., especialmente la
controversia por el programa nuclear de Irán de una manera pacífica y
diplomática? Por cierto, John Kerry sería mucho más indulgente que Hillary
Clinton, y se dice que Hagel se ha opuesto a una acción militar y a sanciones
económicas contra Irán con una actitud menos favorable a Israel. ¿Qué piensa al
respecto?
Pepe Escobar: Las narrativas tanto de Hagel como de Kerry en
EE.UU. están envueltas en una niebla de interpretaciones equívocas.
A
diferencia del tipo acostumbrado de guerrero de poltrona de Washington, Hagel
vio la realidad sobre el terreno en Vietnam. Es discutible si aprendió la
lección en términos de cómo resulta derrotado el imperialismo sobre el terreno,
pero por lo menos aprendió a ser cuidadoso en términos de aventuras en política
exterior. Esos mismos guerreros de poltrona dicen que se opuso a la
‘oleada’ de Bush en Irak después de haber apoyado primero la
guerra/invasión en 2003. Ese no es el caso; el punto es que comprendió que una
escalada no llevaría a ninguna parte, como así fue. De hecho condujo a menos
que nada: el mito de que el general David Petraeus “ganó” la guerra
con la ‘oleada’.
Hagel
también se atrevió a sugerir –discretamente– que el hecho de que
EE.UU. siempre siga ciegamente cualquier trama urdida por Israel, letalmente y
con sus “hechos en el terreno” amañados, nunca ayudará a encontrar
una salida de la ocupación/limpieza étnica de Palestina. Decir algo semejante
es prácticamente anatema en Washington, aunque numerosos israelíes bien
informados que viven en Israel –y no en Manhattan– comparten la
misma posición.
También
hay una razón extremadamente mezquina para que el nombramiento de Hagel sea
bloqueado por senadores republicanos: en la elección presidencial de 2008 en
EE.UU. se negó a apoyar al abominable John McCain. No, eso jamás será explicado
a crédulos ciudadanos estadounidenses por el Washington
Post o el New York Times.
Pasemos a
Kerry. Hubo mucho ruido en Washington respecto a los comentarios del Supremo
Líder sobre las nuevas negociaciones P5+1. La
narrativa oficial era que Jamenei no quiere ningún acuerdo. Se equivocan. Lo
que el Supremo Líder dijo es que Teherán no negociará bajo amenazas.
Siempre ha subrayado que la condición para cualquier negociación es el respeto
mutuo, el reconocimiento de que la República Islámica representa legítimos
intereses nacionales. Cuando consideramos los antecedentes en detalle, Teherán
tiene innumerables motivos para desconfiar de Washington. Basta un ejemplo: después de que Irán ayudó considerablemente mediante
el suministro de inteligencia –e incluso de verdaderos yihadistas–
a los estadounidenses a finales de 2001 en Afganistán, la recompensa fue que le
calificaron de Estado miembro del “eje del mal”.
Esta vez,
Kerry fue más astuto. Dijo que EE.UU. está “dispuesto a responder”
si la reunión en Kazajistán rinde “sustancia real”. No repitió el
mismo disco rayado “todas las opciones están sobre la mesa”. Su
respuesta fue escrita, no una cita, lo que significa que es serio, directamente
desde arriba: la diplomacia –por lo menos en teoría– debe
prevalecer.
En
palabras de Kerry: “ellos [Irán] tienen que probar al mundo que su
[programa nuclear] es pacífico y estamos dispuestos a sentarnos razonablemente
y negociar cómo lo pueden hacer”. Es ciertamente mejor de lo que yo llamé
la escuela de diplomacia de “túmbate y muere” que fue aplicada en los dos períodos de Bush
y el primer gobierno de Obama.
En
diciembre, Kerry dijo al Emir de Catar que “EE.UU. reconoce las
ambiciones de Eprotagonismo regional de Irán y quiere un diálogo sobre qué tipo
de potencia será, especialmente después de la elección presidencial iraní.
El
presidente Obama asumió el mando con la promesa de que se acercaría a Irán
en busca de un diálogo sobre una base de igualdad y basado en la confianza
mutua y el respeto. Pero aunque se logró un cierto progreso en las
negociaciones Irán-P5+1, el impasse respecto al
programa nuclear de Irán sigue existiendo. ¿Por qué no ha cumplido su promesa
Obama y no llegó a un compromiso con Irán? ¿Por qué renovó las sanciones
durante el primer año de su mandato?
En este
artículo publicado en diciembre pasado, enumeré los principales motivos por los
cuales Obama no ha cumplido su promesa: http://www.tomdispatch.com/post/175625/tomgram%3A_pepe_escobar%2C_obama_in_tehran/
También fui mucho más lejos y subrayé que la visión global va
mucho más allá del expediente nuclear iraní. Involucra no solo el derecho de
Irán a utilizar energía nuclear civil sino también lo que llamo Ductistán, el
complejo tablero de ajedrez de oleo y gasoductos en toda Eurasia; las futuras
relaciones de Washington con China –un serio aliado de Irán– así
como el resto de Asia; y quién dominará las versiones energéticas, de
transporte y comerciales de la antigua Ruta de la Seda por Eurasia en el siglo
XXI.
Puede que
Obama estuviera lleno de buenas intenciones a principios de 2009. Pero lo que
pudiera desear esencialmente fue abortado por el lobby de Israel –del
cual AIPAC es el miembro más elocuente– y el Congreso. También hubo una
fuerte y dura presión de la Casa de Saud y de Francia bajo esa entidad
alharaquienta, el Rey Sarko, quien posteriormente recibió una patada de los
votantes franceses. Hay muchas razones más. El drama de la elección de junio de
2009 en las calles de Teherán, no ayudó, por no decir otra cosa peor, porque
estableció firmemente en Washington la impresión de que la elección fue robada;
por lo tanto Obama no podía justificar la diplomacia bajo tales circunstancias.
También desde el comienzo –cuando miramos a largo plazo, lo que detallo
en un capítulo incluido en un futuro libro sobre la política exterior de
Obama– el gobierno de Obama adoptó realmente una política muy confusa de
“doble vía”, combinando la diplomacia con el implacable refuerzo de
las sanciones. Poco tiempo después, fue obvio que Obama no tenía coraje para
desafiar al statu quo de
Washington que a todos los efectos prácticos clasifica a la República
Islámica como enemigo mortal.
Uno
de los motivos por los cuales los dirigentes iraníes no pueden confiar en
EE.UU. es que es seguro que Washington presionará por más concesiones políticas
si Irán acepta detener su enriquecimiento de uranio a 20%. En las últimas tres
décadas, EE.UU. ha ayudado militar y económicamente a grupos terroristas
anti-iraníes como MKO y Jundallah a realizar actos de sabotaje e intimidación
en Irán y a matar a gente iraní, funcionarios e incluso científicos civiles.
Irán también se ha quejado de la asignación de considerables presupuestos para
financiar medios de propaganda antiiraníes y apoyar a así a las llamadas ONG
pro democracia. Por lo tanto Irán probablemente tiene razón al sospechar de
EE.UU. y su sinceridad al entrar en conversaciones. ¿Qué piensa al respecto?
Examinemos
cómo lo ve el mundo. El grupo BRICS de potencias emergentes, así como la mayoría
absoluta del Movimiento de No Alineados (NAM) –basta con ver su cumbre
del año pasado en Teherán– apoyan todos los derechos nucleares de Irán.
Japón y Corea del Sur, clientes energéticos de Irán, también apoyan un programa
nuclear civil bajo el TNP cuando no son presionados por Occidente. Por otro
lado están esencialmente EE.UU. y Canadá, la UE e Israel. El caso de la UE es
puro teatro del absurdo. Especialmente las naciones del Club Med, de Europa del
sur, han sufrido por culpa de las sanciones de EE.UU./UE contra Irán. Y a pesar de todo, cada vez que se habla
–extraoficialmente– con especialistas en Bruselas, dicen que
desearían que Europa pudiera hacer negocios, e invertir, en la industria
energética de Irán, porque es el camino más rápido para que Europa sea libre de
su (temida) dependencia de Gazprom. Por encima de todo, las grandes
petroleras estadounidenses también son excluidas de los negocios en Irán, algo
muy negativo desde su punto de vista. E incluso Hillary Clinton –en sus
momentos desprevenidos– ha admitido que las sanciones afectan sobre todo
a los civiles iraníes, como en el caso de la escasez de medicinas y suministros
de alimentos.
EE.UU.
asume que al imponer sanciones económicas duras a Irán, puede incitar al pueblo
contra el gobierno y causar un levantamiento popular o un resentimiento
generalizado contra el gobierno; mientras la realidad sobre el terreno es la
contraria, que las sanciones contribuyen a la expansión de sentimientos
antiestadounidenses entre los iraníes y los une para enfrentarse a quien
perciben como enemigo. ¿Qué piensa al respecto?
Es otro
caso de teatro del absurdo; que algunas personas que (supuestamente) han
crecido en Washington crean realmente que Teherán debe llegar a la mesa de
negociación mientras está bajo lo que para todos los efectos prácticos es una
guerra económica; atacado mediante ciberguerra y operaciones clandestinas y
bajo la implacable amenaza de cambio de régimen. Cualquier iraní medio bien
informado puede verlo, esté o no de acuerdo con los que mandan en Teherán. La
gente de todo en mundo en los países en desarrollo también lo ve claramente. Si
nos limitamos al expediente nuclear, existe una solución extremadamente simple:
Washington reconoce el derecho de Irán a enriquecer uranio hasta 20%. Después
de eso, un acuerdo es un detalle. No sucederá, sin embargo, porque para
Washington, tal como están las cosas, Teherán no tiene derecho a enriquecer
nada.
Cualquier
observador occidental informado –inmune a la perenne histeria del lobby
¡Bombardead, bombardead Irán!– estaría de acuerdo con el embajador
Hossein Mousavian, exportavoz del equipo de negociación nuclear iraní de 2003 a
2005. Lo he estado citando desde hace tiempo, porque –técnicamente–
es una solución sólida, a prueba de idiotas, del expediente nuclear. Una vez
más:
Para
reducir las preocupaciones de Occidente respecto a las reservas del 20% de
Irán, una solución mutuamente aceptable a largo plazo significaría una
“reserva cero”. Según este enfoque, un comité conjunto del P5+1 e
Irán cuantificaría las necesidades internas de Irán para uso de uranio
enriquecido al 20%, y cualquier cantidad más allá de esa cifra se vendería en
el mercado internacional o se reconvertiría a un nivel de enriquecimiento del
3,5%. Esto garantizaría que Irán no poseyera nunca un exceso de uranio
enriquecido al 20%, satisfaciendo las preocupaciones internacionales de que
Irán pueda querer armas nucleares. Sería una solución que salvaría las
apariencias para todas las partes ya que reconocería el derecho de Irán al
enriquecimiento y ayudaría a eliminar la preocupación de que Irán busca armas
nucleares. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=154904
Hay otro aspecto que considero aún más importante: Irán no
está utilizando el petrodólar en su comercio energético. Sea en yuan, rublos,
oro, trueque, esto seguramente muestra el camino hacia la salida. China, Rusia, incluso el aliado de
EE.UU. India, muchos países en desarrollo estarían muy satisfechos si se
enterrara finalmente el petrodólar. Sadam y Gadafi trataron de hacerlo; ved lo
que les pasó. Pero Irán no es un Irak sin armas o una Libia desorganizada.
Chris Cook ha señalado claramente la tendencia del futuro: una moneda basada en
la energía, http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/OA19Ak01.html
El bloqueo de las ventas de petróleo de Irán por parte de
Washington en realidad es una guerra económica total, burlándose una vez más
del derecho internacional. Pero incluso el hecho de que se aplique lo que realmente es una
presión al estilo de la Mafia sobre los clientes energéticos de Irán, y se
obligue a Arabia Saudí a inundar el mercado con otros 2 millones de barriles de
petróleo diarios no es suficiente, porque algunos países lucharon por
exenciones y otros siguieron comerciando, soslayando el sistema financiero
dominado por Occidente.
Japón
–que siempre hace lo imposible para cumplir todos los deseos de
Washington– ciertamente se está acomodando con Arabia Saudí; quiere
garantías de que recibirá suministros de petróleo de emergencia durante los
próximos 20 años. En ese caso no necesitaría importaciones de Irán. Pero Japón
no es la norma en Asia. Es verdad, las sanciones tuvieron efecto; las
exportaciones de energía de Irán bajaron un 40% en 2012. Pero entonces
comenzaron a subir de nuevo, porque Irán comenzó a implementar algunas
soluciones muy creativas, como comprar buques tanque de China, asegurarlos,y
llenarlos de petróleo para China. Es posible
que Irán esté en camino de establecer su propia red de distribución de
petróleo, la autosuficiencia siempre es una buena idea. India, por su parte,
paga en rupias el petróleo iraní. El
resultado: no importa lo que fragüe Washington, no interferirá en los
requerimientos de energía de esos dos cruciales miembros de BRICS. Por el lado
perdedor, una vez más, solo están los europeos.
¿Finalmente el régimen israelí podría arrastrar a EE.UU. a una guerra con Irán? ¿Escuchará el gobierno de Obama los llamados de Netanyahu y otros halcones belicistas de Tel Aviv a que se inicie una guerra con Irán por su programa nuclear? ¿Tiene suficiente coraje y autoridad Obama para resistir la presión del lobby israelí y utilizar la diplomacia en lugar del enfrentamiento militar?
El lobby de Israel y lo que podríamos llamar el Partido de la Guerra, sobre todo republicanos pero también demócratas, más algunos operadores en posiciones clave del Pentágono, la CIA, el complejo industrial-militar-seguridad, además de los medios corporativos (Del Fox News al Wall Street Journal y al Washington Post) estos son los protagonistas que quieren una guerra contra Irán. Como se preveía, el lobby de Israel lanzó toda su artillería contra Chuck Hagel, de AIPAC al Instituto Washington de Política de Medio Oriente (WINEP), donde se encuentran los notorios lobistas Dennis Ross y Elliott Abrams; después de todo, Hagel no estaba colocando los intereses de Israel sobre los de Washington, como es la norma. No se impusieron, pero tampoco desaparecerán; el modo de pensar de “Bombardead, bombardead Irán” continuará incluso con Hagel y Kerry, y eso incluye rutinarios artículos insanos en el Wall Street Journal advirtiendo, por ejemplo, de que Irán está listo para atacar Arabia Saudí con armas nucleares, o rechazos rutinarios cada vez que el Supremo Líder insista en que hay que eliminar las armas nucleares.
Existen, por supuesto, focos de inteligencia en este debate, pero son una minoría. Leed, por ejemplo, el excelente libro de Flynt y Hillary Leverett, Going to Tehran : http://goingtotehran.com/the-book . Son las personas informadas de Washington, han estado en Irán y son incondicionales de la diplomacia.
¿Qué piensa del patrocinio de EE.UU. a grupos como Jundallah, cuyo objetivo es crear conflictos sectarios en Irán, y MKO que ha alardeado abiertamente de su intención de lograr un cambio de régimen en Teherán? Terroristas respaldados por EE.UU. e Israel han asesinado hasta ahora a cuatro científicos nucleares iraníes, pero el jefe de la ONU y el Consejo de Seguridad no han alzado ninguna voz de protesta. ¿Cómo analiza estos eventos?
Esas
tácticas son clásicas de Divide y Vencerás, heredadas del Imperio Británico.
Jundallah es poco más que una banda, entrenada por la CIA. La organización de
una operación a través de la frontera en Sistan-Baluchistán, el asesinato de
algún policía y la consiguiente retirada, pueden crear una molestia a Teherán,
pero es un detalle. Mucho más peligrosa sería la capacidad de la CIA de
instigar un conflicto masivo a escala nacional entre suníes y chiíes; no poseen
la inteligencia, o los contactos, para hacerlo. MKO es un culto ridículo, desacreditado
desde tiempos de Sadam y sin ningún apoyo en Irán; su capacidad de
movilización es insignificante. El hecho de que el asesinato de científicos
nucleares iraníes –que si fuera realizado por Irán en EE.UU. o Israel,
podría incluso provocar un ataque nuclear occidental– no haya causado
ninguna reacción en el Consejo de Seguridad de la ONU es una ilustración
gráfica de su incompetencia cósmica y de su irrelevancia; tan absurdo como el
hecho de que Israel nunca sea condenado por sus prácticas genocidas a cámara
lenta en Palestina.
Una de las razones por las cuales no se ha encontrado una solución del impasse nuclear de Irán puede ser el arsenal nuclear de Israel. Irán siempre se ha quejado del doble rasero de Washington respecto a las instalaciones nucleares subterráneas de Israel. ¿Podemos imaginar que la controversia se podría resolver si se desarmara a Israel y se materializara la idea de un Oriente Medio libre de armas nucleares que han propuesto Irán y el Movimiento de No Alineados?
La idea
de que Israel pueda renunciar algún día a su (“secreto”, no
declarado) arsenal nuclear de varios cientos de ojivas es una colosal y vana
ilusión. Es uno de los secretos sucios tras la campaña histérica de Israel
contra el programa nuclear iraní. Si Teherán, hipotéticamente, decidiera buscar
un arma nuclear, abandonando lo que podría describirse como un período de
latencia (conseguir suficiente uranio enriquecido para construir un arma
incluso a corto plazo), la ventaja estratégica de Israel quedaría eliminada.
Dejaría de ser la única potencia nuclear militar de todo el Sudoeste Asiático
(Medio Oriente, una vez más es un estúpido concepto occidentalizado, lo mismo
que “Lejano Oriente”). Todos los protagonistas del Sudoeste
Asiático –excepto Israel– están a favor de una región libre de
armas nucleares, incluso Arabia Saudí.
¿Cuánto impacto tendrá la crisis siria en el futuro de las relaciones Irán-Occidente? Por una parte, EE.UU. y sus aliados europeos han declarado explícitamente que no aceptarán ninguna solución de la crisis Siria que no sea la expulsión de Bashar Al-Asad, y por otra parte Irán ha prometido que hará todo lo posible para que Asad no se vaya a ninguna parte. ¿Llevará la confrontación en el frente sirio a más hostilidades y animosidades entre Irán y Occidente?
Al
contrario del tsunami prácticamente diario de predicciones de la caída del
régimen de Asad, la terrible situación de Siria ha llegado a un punto
muerto. La OTAN no puede exigir una zona de exclusión aérea porque Rusia y
China trazaron una línea roja, por lo menos tres veces. Por lo tanto no será Libia 2.0. Washington no se
atreve a una nueva guerra en Medio Oriente. Turquía –con su
política de “cero problemas con nuestros vecinos” convertida en
“muchos problemas con un vecino”– comenzó a ver el asunto
como el cenagal que es en verdad; de hecho el primer ministro Erdogan comenzó
recientemente a distanciarse de la OTAN y de la UE y a hacer ruidos seductores
hacia la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO), que está encabezada por
China y Rusia. El denominado Ejército Libre Sirio ha sido repetidamente
desenmascarado; poco más que pandillas de matones armados. Washington
–después de Bengasi– terminó por despertar al hecho de que los
salafistas-yihadistas son útiles para los combates en Siria.
Lo que
queda son las agendas divergentes de Arabia Saudí y Qatar; los saudíes
financian a wahabíes de la línea dura y los cataríes todos los aliados de la
Hermandad Musulmana. La nueva coalición de la oposición –forjada por
Washington/Doha– es un chiste; su líder Moaz al Khatib anuncia que deben
hablar con el régimen, pero otros dicen que de ninguna manera, Asad debe partir
primero (que ha sido el único mantra). Esto significa, por desgracia, una larga
guerra civil en la cual las verdaderas víctimas serán vastos sectores de la
población civil siria ahogada en las usuales lágrimas de cocodrilo occidentales
sobre “el sufrimiento del pueblo sirio”.
Kourosh Ziabari (nacido en 1990) es un periodista iraní,
corresponsal de diferentes medios y activista por la paz. Ha recibido los más
prestigiosos premios de periodismo de su país. Sus artículos se publican en
revistas y páginas web como Tehran Times,
Press TV, Global Research, Iran Review, Counter Currents and CounterPunch, y se traducen a diez
lenguas. Su sitio
en la web es http://kouroshziabari.com