De
nueva cuenta salta a la luz la hipocresía de la “comunidad
internacional” liderada por Estados Unidos al exigir el desarme de armas
de destrucción masiva a Siria, mientras aliado Israel un renegado
internacional, posee desde armas químicas, biológicas hasta las
nucleares, y no está adherido a ninguna convención.
Según
Jane’s Defense Weekly una organización experta en armas el régimen
Judío posee cerca de 300 ojivas, y un sin número de formas de poder
transportarlas a sus blancos, y produce cerca de 690 a 950 kilogramos de
plutonio enriquecido al año para poder seguir construyendo ojivas para
entre 10 y 15 bombas del tipo de Nagasaki.
Adicional
de ese material radioactivo producen el gas Tritio que usado en ojivas
de neutrones que son un poco menos contaminantes pero tienen mas rango
de mortalidad en la población civil.
Para
el desarrollo de las armas químicas utilizan el Instituto de
Investigación Biológica, ubicado en Ness-Ziona a las afueras de
Tel-Aviv, esta investigación de acuerdo a fuentes de inteligencia corre a
cargo del mismo Primer Ministro y se dedican a desarrollar armas de
extremo contagio como la peste bubónica y el virus Ebola, el instituto
es financiado enteramente por el Pentágono dentro de su presupuesto
negro.
El
Periodista Holandés Karel Knip fue uno de los primeros en descubrir el
extenso programa de armas de destrucción masiva de Israel, uno de sus
descubrimientos fue un nuevo virus utilizado durante campañas de castigo
a Gaza y el Líbano en donde los cuerpos de las víctimas queda intacto
por fuera pero dentro sus tejidos son desestabilizados, el hígado y
huesos son carbonizados.
Otro de los socios en la investigación y desarrollo de estas armas es Italia, la cual aporta 3 millones de euros.