Un diario de Serbia le hizo una entrevista al experto en Geopolitica
Thierry Meyssan destaca lo que está pasando el Siria y sobre como
el Medio Oriente va a quedar balcanizado en 14 estados débiles y
subordinados de Estados Unidos.
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El mundo se reorganiza después del acuerdo entre Estados Unidos e Irán
por Slobodan Eric, Thierry Meyssan
Geopolitika, la publicación mensual serbia de referencia en materia de política,
entrevistó a Thierry Meyssan en julio sobre la situación en los Balcanes y en el Medio Oriente.
Hoy reproducimos esa entrevista con varias notas sobre los últimos
acontecimientos. Para el analista, las relaciones internacionales están
siendo dominadas
por la voluntad de Estados Unidos de conservar el control global en el
plano económico y de impedir el surgimiento de nuevos rivales, como
Rusia, China y la Unión Europea.
El enfrentamiento se desarrolla, simultáneamente, en el Medio Oriente
y en Ucrania. El viraje de Irán, de una posición revolucionaria y
antiimperialista a una actitud nacionalista y una ambición de influencia
regional, modifica todo el juego.
Geopolitika:
Señor Meyssan, Serbia y el sudeste de Europa en general se ven
«inundados» por la ola de migrantes. ¿Se trata de un proceso espontaneo o
es que hay alguien
interesado en el desplazamiento de una parte importante de la población
del Medio Oriente, de Afganistán y de otros países hacia el Viejo
Continente? ¿Existe alguien interesado en privar al presidente Assad del
respaldo de su pueblo estimulando la migración
desde Siria?
Thierry
Meyssan: Nadie había previsto la envergadura de la actual ola de
migrantes. Estos provienen principalmente de Siria, de Afganistán y del
cuerno de África. Contrariamente
a lo que afirman los políticos occidentales, no son personas en
busca del nivel de vida europeo, ni personas que tratan de escapar de
regímenes dictatoriales. Son simplemente seres humanos que huyen de los
combates porque sus países están en guerra, generalmente
por causa de las políticas occidentales.
Los
políticos europeos todavía no han entendido que esta migración es
consecuencia de la estrategia estadounidense iniciada en 2001.
Washington ya no trata de
apoderarse del control de los Estados sino de destruir los Estados y de
imponer un caos que hace imposible organizar nada sin contar con la
voluntad de
Washington. Es la teoría del filósofo Leo Strauss, maestro de numerosos
responsables del Departamento de Defensa.
Sin
embargo, ahora los estadounidenses se han dado cuenta de que si bien el
caos es localmente útil a sus intereses, por otro lado resulta
imposible controlarlo y tiende
a extenderse. Los migrantes son ahora tan numerosos que pueden
desestabilizar Estados que Washington creía estables. Y parece que la
administración Obama acaba de modificar su opción y prefiere abandonar
la teoría del caos para volver al estilo de enfrentamiento
clásico característico de la guerra fría. Al menos esa es la
interpretación que yo hago de la nominación de James H. Baker como nuevo
estratega del Departamento de Defensa, de la publicación de la nueva
Military Strategy por [el secretario de Defensa] Ashton
Carter y de las declaraciones del próximo jefe del Estado Mayor
Conjunto, el general Joseph Dunford.
Seguramente
veremos atenuarse ese flujo migratorio en los próximos años. Pero se
necesitarán al menos 2 años para que las poblaciones reaccionen ante ese
cambio de estrategia.
Así que la actual crisis se hará primeramente más grave, antes de
comenzar a resolverse lentamente.
Geopolitika:
Deutsche Welle y otros medios de prensa occidentales anuncian
malintencionadamente la próxima caída del régimen en Siria. ¿Qué opinión
tiene usted sobre la
situación en el frente, que está haciéndose realmente complicada? ¿Cómo
ayudar al ejército sirio, por supuesto, ante todo en el plano militar?
¿Puede Siria seguir contando con el respaldo de Rusia, en materia de
armamento, y con la ayuda de Irán, Irak y el
Líbano en lo tocante al personal?
Thierry Meyssan:
Los medios de prensa occidentales confunden los sueños israelíes con
la realidad. Hace 4 años que están anunciándonos cada semana la caída
inminente del «régimen». En realidad, la situación fue crítica hasta
mediados de 2012, pero hoy está perfectamente
bajo control.
De
23 millones de sirios, entre 3 y 4 millones están refugiados en el
extranjero, 18 o 19 millones apoyan la República Árabe Siria y unos 500
000 apoyan a los yihadistas.
Los medios occidentales esconden esa realidad con la publicación de
mapas absurdos sobre las «zonas liberadas» por los yihadistas. Pero el
Ejército Árabe Sirio ha optado por concentrarse en la seguridad de las
ciudades y abandonar los desiertos, que representan
más de la mitad del territorio sirio. Por su parte, el Emirato Islámico
controla 3 ciudades y varias carreteras a través del desierto. Y los
medios occidentales fingen creer que controla todo el desierto. Es
simplemente ridículo.
La
guerra ya está ganada. Pero los actuales acontecimientos proseguirán
mientras se mantenga el flujo de mercenarios, de dinero y de armas para
los yihadistas, lo cual
lógicamente debería cesar después de la firma del acuerdo bilateral
secreto entre Estados Unidos e Irán, firmado paralelamente al acuerdo
multilateral de los 5+1 sobre la cuestión nuclear.
En
lo tocante a las alianzas, para muchos habitantes del Medio Oriente la
división de la Siria histórica por parte de británicos y franceses –en
1916 (acuerdos Sykes-Picot)–
creó Estados pero no modificó los pueblos.
Muchos libaneses consideran que ellos y los sirios son un solo pueblo. Y
ese mismo sentimiento existe, en menor medida, en Jordania y
en Palestina. Cuando el Hezbollah vino a luchar en Siria, dijo que
intervenía no para proteger Siria sino para proteger el Líbano. Hoy
podemos ver perfectamente que tenía razón. Si el Hezbollah no hubiera
garantizado la seguridad de la frontera sirio-libanesa,
el Líbano estaría hoy arrasado por la guerra.
Rusia,
por su parte, siempre ha protegido Siria cuando su existencia se ha
visto amenazada… y seguirá haciéndolo. Pero sería ingenuo creer que
Moscú hará más que eso.
Rusia respaldó a Siria –como apoyó la Novorossia– en el Consejo de
Seguridad de la ONU, pero no intervino directamente en los combates –ni
en Siria, ni en Novorossia. Incluso se negó a proporcionar armamento
fundamental, como imágenes satelitales o detectores
de túneles [1].
Irán
cambió durante el transcurso de esta guerra. Al principio, en tiempos
de Mahmud Ahmadinejad, los iraníes estaban dispuestos a morir por su
ideal antiimperialista.
En este momento, bajo la administración del jeque Hassan Rohani, están
pensando en incorporarse al comercio internacional y en extender su
propia zona de influencia.
Por consiguiente,
Teherán seguirá apoyando a Damasco, pero para Siria es vital encontrar
nuevos aliados ante el riesgo de verse pronto bajo el dominio de los
persas.
Geopolitika:
¿Cuál es la verdad sobre el Emirato Islámico, que comete espantosos
crímenes? Las fuerzas estadounidenses sostienen que ellas están
bombardeando las posiciones
de Daesh [acrónimo árabe del Emirato Islámico] pero, por otro lado,
¿quién ayudó al nacimiento de esta monstruosa formación militar y
paraestatal que ha conquistado partes importantes de varios Estados?
¿Quién le proporcionó el armamento y le garantizó la
logística?
Thierry
Meyssan: El Emirato Islámico es un proyecto de Estados Unidos que
funcionó demasiado bien y que ahora se ha convertido en una molestia
para Washington.
Al principio se trataba de dividir Irak creando a la vez un Sunnistán
(el actual Califato) y un Kurdistán (que finalmente no llegará a
concretarse), según el mapa de Robin Wright publicado en el New York
Times en 2013. Esos nuevos Estados debían cortar
la comunicación de Irán con Siria, Líbano y Palestina. Para crearlos
había que separar las poblaciones, como se hizo en Yugoslavia. Pero eso
constituye un crimen de guerra y, por consiguiente, el ejército de
Estados Unidos no puede hacerlo. Por eso recurrió
a una organización no estatal: el Emirato Islámico
Tenemos en nuestro poder documentación, aún incompleta pero que ya permite concluir que el
Emirato Islámico fue creado, bajo su forma actual, por Washington con financiamiento saudita y con ayuda israelí. Pero hoy en día
Estados Unidos ya no sabe cómo tratar con esa organización, que tanto
se ha desarrollado y cuya dirección se encuentra ahora en manos de
Turquía.
El
Emirato Islámico reivindica una ideología takfirista, o sea su
referencia es un pensador de la Hermandad Musulmana, Mustafa Chukri, y
condena a todos los que no comparten
su interpretación sectaria del islam. Su estrategia aparece definida en
un libro publicado en 2004, Le Management de la sauvagerie [en español,
“La Administración del salvajismo”]; libro firmado bajo un seudónimo y
cuya estructuración intelectual es claramente
occidental.
En el
momento de su creación, en 2006, el Emirato Islámico era una
organización tribal que se componía de 6 tribus sunnitas iraquíes y de
combatientes libios de al-Qaeda
en Irak. Desde su reorganización, en mayo de 2014, el Emirato Islámico
incorpora ex oficiales de Sadam Husein, vinculados a Arabia Saudita, que
habían respaldado el intento de golpe de Estado de la Hermandad
Musulmana en Siria, en 1982. Pero su organización
recuerda la de los Muyahidines del Pueblo, una secta iraní que se había
refugiado en Irak y que Sadam Husein utilizaba para hacer el trabajo
sucio.
Geopolitika:
Usted considera los acuerdos nucleares entre Estados Unidos e Irán
como un intento de acuerdo más amplio entre Teherán y Washington.
¿Cuáles serán las consecuencias para el Medio Oriente?
Thierry
Meyssan: Al firmar ese acuerdo, la República Islámica de Irán dejó de
ser lo que significa su nombre. Según el imam Khomeiny, «islámico»
designaba simultáneamente
la religión musulmana y la lucha por la justicia, o sea contra el
imperialismo. En lo adelante,
Irán vuelve al papel que desempeñaba en tiempos del sha, el de gendarme regional por cuenta de Washington. El adjetivo «Islámica» en la denominación oficial de Irán ahora se refiere únicamente a la religión musulmana.
Por un
lado, es una buena noticia para los pueblos en la medida en que esto
debería permitir la obtención de un cese de las hostilidades durante los
próximos 10 años.
Por otro lado, sin embargo, es una catástrofe porque se trata de una
paz injusta y porque quienes luchan por la justicia van a quedarse
solos.
Geopolitika:
Resulta muy intrigante el artículo que usted escribió sobre la
cooperación secreta entre Arabia Saudita e Israel. ¿Qué objetivo tiene
esa cooperación y, a
nivel de conspiración, dónde se haya el punto de coincidencia entre los
intereses de esos dos grandes adversarios?
Thierry
Meyssan: Israel y Arabia Saudita ya no son adversarios sino que han
pasado a ser aliados en el plano militar. Realizaron juntos la agresión
contra Yemen. El estado
mayor de la Fuerza Común Árabe no está en Riad sino en Hargeisa,
capital de Somalilandia. Este Estado no reconocido, que se halla en
África, al lado de Yibuti, es una colonia israelí. Los bombarderos
sauditas están siendo piloteados por israelíes e Israel
incluso ha proporcionado una bomba de neutrones que mató un gran número
de yemenitas y la «comunidad internacional» mantiene el más absoluto
silencio sobre ello.
En
virtud de la National Security Strategy de Barack Obama, la seguridad de
Israel, cuando las tropas estadounidenses se hayan retirado del Medio
Oriente y trasladado
al Extremo Oriente, estará garantizada por la «Fuerza Común Árabe»,
bajo los auspicios de la Liga Árabe pero bajo las órdenes de Israel.
La
colaboración entre Tel Aviv y Riad continuará durante la próxima década
con la explotación del campo petrolífero de Rub al-Khali, situado
principalmente en Yemen,
y posteriormente el de Ogadén, en Etiopía.
Con esa perspectiva, el Saudi Bin Laden Group construiría un gran
puente a través del estrecho de Bab el-Mandeb, conectando Adén con
Yibuti.
Geopolitika:
¿Están resistiendo con éxito el general al-Sissi y su ejército? ¿Ha
sufrido la coalición británico-estadounidense-quatarí, que en realidad
apoya a la Hermandad
Musulmana, una derrota en el valle del Nilo?
Thierry
Meyssan: El proyecto tendiente a poner en el poder la sociedad secreta
de la Hermandad Musulmana en todo el mundo árabe ha fracasado. La
Hermandad Musulmana perdió
Egipto y Túnez, no logra imponerse en Libia, fue barrida en Siria y
fracasó en su intento de perpetrar un golpe de Estado en Arabia Saudita.
Inicialmente
respaldada por Qatar, la Hermandad Musulmana cuenta hoy con el apoyo de
Turquía. En ese sentido, la trayectoria de Khaled Mechaal es todo un
símbolo. Este
líder del Hamas encarnaba la resistencia en Israel después de que Tel
Aviv sobornó a varios dirigentes de al-Fatah y logró que envenenaran a
Yaser Arafat. Mechaal estaba refugiado en Siria, donde disponía del más
completo respaldo. En 2012, considerando que
el viento estaba cambiando y que la Hermandad Musulmana lograría vencer
con ayuda de Estados Unidos, Khaled Mechaal abandonó Damasco para ir a
instalarse en uno de los enemigos de Siria: Qatar. Convirtió el Hamas en
la rama palestina de la Hermandad Musulmana
y se alió simultáneamente con al-Qaeda y con los israelíes para tomar
el campamento palestino de Yarmuk, en la periferia de Damasco, y
asesinar a los dirigentes de las demás facciones palestinas en el
campamento. Y perdió. Actualmente, se pasa la mayoría del
tiempo en Turquía tratando de que se olviden de él. Su traición es un
drama para los palestinos.
El
general Abdel Fattah al-Sissi no es libre de sus actos. Su país esta
económicamente arruinado y necesita la ayuda de Arabia Saudita para
garantizar la alimentación
de la población egipcia. Así que está obligado a participar en la
guerra contra Yemen en un bando que no es el suyo. Y tampoco puede
acudir en ayuda de Siria.
Geopolitika:
En diciembre, usted anunció la caída del omnipotente presidente turco,
Recep Tayyip Erdogan, publicando a la vez toda una serie de hechos de su
biografía
que resultan chocantes… ¿Cuál es la relación entre el AKP turco y la
Hermandad Musulmana? ¿Qué sucedió realmente después del misterioso
atentado contra el príncipe saudita Bandar ben Sultán?
Thierry Meyssan: Recep Tayyip Erdogan no es un político sino un delincuente de poca monta que ha tenido éxito en la política.
No tiene estrategia, sólo un sueño –el de crear un nuevo imperio turco– y un gran sentido de la oportunidad.
Después
de haber permitido que la embajada de Estados Unidos gobernara su país
durante años, Erdogan se dejó embarcar en la guerra contra Libia, a
pesar de que ese país
era un importante socio económico de Turquía. Después aprovechó la
desaparición del príncipe saudita Bandar ben Sultán para apoderarse de
las redes yihadistas internacionales. Bandar estuvo hospitalizado
durante más de un año, como consecuencia de las heridas
que sufrió en el atentado realizado contra él en respuesta al asesinato
de los miembros del Consejo Nacional de Seguridad de Siria. Erdogan
aprovechó también la abdicación del emir de Qatar para recuperar la
supervisión de la Hermandad Musulmana, así que hoy
es simultáneamente el padrino de la Hermandad Musulmana y el verdadero
jefe del Emirato Islámico.
Demasiado
entusiasmado ante su propio éxito, se apoderó del gasoducto Turkish
Stream cuando Vladimir Putin vino a proponerle su construcción, en
diciembre de 2014. Eso
fue, evidentemente, un grave error ya que, al hacerlo, se convirtió en
el socio económico privilegiado de Rusia a pesar de ser, a través de la
OTAN, un socio militar de Estados Unidos. Por eso pronostiqué
inmediatamente su derrota. Y, efectivamente, la embajada
de Estados Unidos reorganizó a la oposición contra Erdogan, quien
perdió entonces las elecciones. Ahora, o rectifica –lo cual le va a
costar caro– o tendrá que irse [2].
Geopolitika:
¿Qué piensa usted de la situación en Ucrania, que se ha convertido en
motivo de una confrontación cada vez más importante entre Rusia y
Occidente (Estados Unidos y la Unión Europea)? ¿Qué piensa usted de
la política de Rusia, en el plano nacional e internacional,
a través del mundo, sobre todo en cuanto a las sanciones que Occidente
ha impuesto a Moscú? Muchos piensan que Ucrania es la venganza de
Estados Unidos contra Rusia en relación con Siria.
Thierry Meyssan:
A Estados Unidos no le interesa Ucrania, un país arruinado y corrupto. Nunca deseó que Ucrania entrara en la Unión Europea.
Cuando orquestó el espectáculo de la plaza Maidan no fue para poner en
el poder a Petro Porochenko sino para destruir el Estado,
lo cual logró. La actual situación en el Donbass y en Donetsk es
perfectamente conveniente para Estados Unidos.
La
destrucción del Estado ucraniano, al igual que la del Estado iraquí,
corresponde a la gran estrategia de Estados Unidos: conservar su propia
superioridad mundial
impidiendo que la Unión Europea, Rusia y China puedan hacerle
competencia. Para ello, en primer lugar, Estados Unidos controla los «espacio comunes» –los océanos, el aire y
el ciberespacio– y, en segundo lugar, corta las posibles rutas continentales.
Destruir el Estado iraquí es cortar la «ruta de la seda» que une China
con el Mediterráneo. Destruir el Estado ucraniano es cortar el proyecto
de corredor Pekín-Berlín para el que China acaba de crear el gigantesco
Banco Asiático de Inversión en Infraestructura
(AIIB, siglas en inglés).
Claro,
la unificación de Crimea y Rusia es un revés para Washington, pero
siempre le queda la posibilidad de cerrar el Bósforo y los Dardanelos.
Eso no cambia nada a escala
global.
Geopolitika:
Gran Bretaña y otros países occidentales han tratado de imponer en la
ONU una resolución sobre Srebrenica, resolución directamente dirigida
contra Serbia
y contra los serbios de Bosnia Herzegovina, pero Rusia lo impidió
recurriendo al veto. ¿Qué piensa usted de la situación en los Balcanes,
sobre todo en Macedonia? ¿Y por qué Serbia sigue siendo objeto de
interminables presiones, a pesar de que todos los gobiernos
de Belgrado, desde el golpe de Estado del año 2000 y la eliminación de
Slobodan Milosevic, han cedido enormemente ante las exigencias de
Occidente?
Thierry Meyssan: Los occidentales son especialistas en reescribir la Historia.
No hay dudas de que la masacre de Srebrenica es un genocidio. Pero no
fueron los
serbios quienes iniciaron la limpieza étnica en Yugoslavia. En un mundo
normal tendríamos que condenar individualmente a los croatas, bosnios y
serbios que cometieron genocidios. Pero también tendríamos que
reconocerles a todos circunstancias atenuantes porque
la locura que se apoderó de Yugoslavia fue inoculada por Estados
Unidos. En aquella época, el Departamento de Defensa consideraba
Yugoslavia como un «laboratorio» donde podría experimentar sobre la
posibilidad de provocar ex nihilo una guerra civil. La resolución
que fracasó en el Consejo de Seguridad muestra que, una vez más, los
occidentales quieren condenar solamente a los serbios, porque estos son
de religión ortodoxa y culturalmente cercanos a Rusia.
En
todo caso, no es esa la prioridad de Washington. Lo que hoy determina la
actuación de Estados Unidos en los Balcanes son los proyectos rusos de
gasoducto. Es para bloquearlos
que el general David Petraeus invirtió en la prensa serbia, que la
presidenta croata Kolinda Grabar-Kitarovic apoya la independencia de
Voivodina y que la CIA trató de organizar recientemente un golpe de
Estado en Macedonia.
Además,
los Balcanes siguen siendo la única base terrorista en Europa. Al
principio de la guerra contra Siria, Turquía organizó en Kosovo el
entrenamiento de los yihadistas
de al-Qaeda. Actualmente el Emirato Islámico tiene campos de
entrenamiento en Bosnia, en Gornja Maoca, Osve y Dubnica.
Geopolitika:
¿Qué piensa usted de la presencia en el Medio Oriente de su país,
Francia, cuya política, al inicio de la guerra en Siria, se destacó en
el apoyo a los «rebeldes»?
¿Ha comenzado a mejorar la política de Francia en materia de relaciones
exteriores en lo tocante al Medio Oriente y Europa? ¿Ha comenzado a
tener su propia identidad y a acercarse a la tradición diplomática que
tenía en la Historia la República Francesa?
Thierry
Meyssan: Desgraciadamente, la política de Nicolas Sarkozy y de Francois
Hollande responde a los intereses de un pequeño clan capitalista
francés que se mantiene
en la sombra. Son gente que ha empujado a la realización de las
intervenciones militares en Costa de Marfil, en Libia, en Mali y en la
República Centroafricana. Los franceses están comprobando que esos dos
presidentes han aplicado exactamente la misma política,
tanto fuera como dentro del país, en materia de defensa como en el
plano económico. Pero siguen sin entender quién maneja los hilos.
Hay
altos funcionarios, como el secretario general de la Presidencia de la
Republica, Jean-Pierre Jouyet, o como el jefe del estado mayor personal
del presidente, el general
Benoit Puga, que se han mantenido al mando a pesar del voto popular y
del paso de los «republicanos» a los «socialistas».
Al mismo tiempo, tanto Sarkozy
como Hollande tienen amigos comunes en su círculo más íntimo, como el
conde Henri de Castries, presidente de la compañía aseguradora AXA y del
Grupo de Bilderberg.
No son los partidos políticos sino esa gente quienes hacen la política de Francia en contra de los franceses.
En el siglo 19 tuvimos una situación comparable con un grupúsculo de
grandes dueños de empresas, de políticos y de militares en el que se
mezclaban personalidades de derecha y de izquierda y que se hacía llamar
«el partido de la colonización». Después de
exprimir a la clase obrera, esa gente emprendió el asalto del norte de
África, de China… y de Siria.
Geopolitika:
Para terminar, señor Meyssan, sabiendo los conocimientos y la
perspicacia que le caracterizan a usted, es imposible resistir a la
tentación de preguntar
qué piensa usted del referéndum en Grecia y del destino de las negociaciones entre Atenas y Bruselas sobre la deuda griega.
Thierry Meyssan:
Los griegos no tenían opción. Los tratados les impedían salir del
euro sin salir de la Unión Europea y Estados Unidos les prohibía salir
de esta última. Todos recuerdan el golpe de Estado de 1967 y el de 1974 en Chipre.
Así
que el gobierno de Tsipras primeramente obtuvo una mayoría muy amplia
para rechazar el plan de la Troika. Y después aceptó ese mismo plan a
cambio de una ayuda de
83 000 millones de euros que negociada para él por Estados Unidos.
La
opinión pública no entiende nada pero Alexis Tsipras no podía hacer
nada mejor que eso. Grecia fue aplastada por sus propios socios
europeos, que tienen tanto miedo
de verse libres –quiero decir de verse sin el yugo de la Unión Europea–
que aceptan cualquier cosa que venga de Alemania. En este caso, el
gobierno de Merkel defiende los principios del capitalismo global
actual. Explota de manera insensata su clase obrera,
cuyo poder adquisitivo está en retroceso, y ahora actúa sin preocuparse
por las consecuencias humanas en el caso de Grecia.
Geopolitika: Muchas gracias por esta entrevista y por su tiempo.
Mapa del medio Oriente redibujado NYT