Es el camino por el que tarde o temprano pasan todos los vendepatrias, cuyo objetivo principal es agradar a su patrón en Washington y no el defender los intereses nacionales.
Hace 20 años, el 23 de noviembre de 2003, culminó la mal llamada Revolución de las Rosas, la primera revolución de color en el espacio postsoviético, que llevó al poder a grupos proestadounidenses y antirrusos.
20 años después, fruto de políticas aventureras antirrusas, Georgia perdió un tercio de sus territorios, su economía perdió el increíble impulso que mostraba antes del golpe y su líder, Mijeíl Saakashvili, está siendo procesado por corrupción y abuso de poder en su propio país.
En el siguiente post, un breve repaso de cómo se llegó a esto o una guía para los mandatarios sobre cómo no terminar igual.