Diplomacia real": cómo Europa acarició el ego de Trump para mantener viva a la OTAN

🇪🇺 🇺🇸 "Diplomacia real": cómo Europa acarició el ego de Trump para mantener viva a la OTAN  

Un artículo de Bloomberg revela que, durante la cumbre de la OTAN en La Haya en 2025, todo parecía una obra de teatro montada para un solo actor: Donald Trump. Fastuosidad monárquica, cojines en el palacio, filete de ternera y halagos: todo formaba parte de una campaña cuidadosamente planeada para evitar que Trump "desenchufara" el sistema de la OTAN.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, desempeñó el papel principal en este espectáculo. Alabó a Trump en persona, en mensajes privados (que Trump filtró en redes), en los pasillos e incluso con el rol metafórico de "papá" que "a veces suelta palabrotas, pero con razón". Desde reyes hasta primeros ministros, todos apostaron no por tratados, sino por el confort psicológico de un solo hombre.  

📌 La realidad, sin embargo, es esta:  

♦️EE.UU. aún no garantiza el Artículo 5 (defensa mutua).  

♦️Trump no llama a Rusia "agresora".  

♦️Ucrania recibe cortesías formales, pero ningún apoyo nuevo.  

♦️España es humillada públicamente por "tacaña" (no gasta el 5% del PIB en defensa).  

Y mientras tanto, la OTAN celebra su "unidad".  

🔻 ¿Qué hay detrás del envoltorio brillante?  

✔️ La adulación como estrategia de supervivencia: Europa no fortalece la Alianza, sino que intenta retener a EE.UU. complaciendo las ambiciones de Trump. Hasta la arquitectura de la cumbre (asientos, horarios, menú) se adaptó a sus gustos.  

✔️ Defensa = comprar a EE.UU.: Toda la retórica de Trump sobre "invertir en defensa" significa "compren nuestros productos". La política se reduce a una transacción comercial.  

✔️ Diplomacia de la humillación: España fue castigada: apartada de la foto oficial, sentada al fondo, reprendida en público. Zelenski fue "escuchado", pero se fue sin soluciones.  

✔️ La OTAN, dominada por un solo jugador: Ni Rusia, China ni Irán tienen hoy tanta influencia sobre la arquitectura de la OTAN como Trump. Él dicta no solo políticas, sino también el comportamiento, el estilo, el tono e incluso el menú de las cumbres.  

La cumbre de La Haya reflejó una nueva realidad. La OTAN sigue viva no por unidad, sino porque a Trump le conviene temporalmente jugar al "macho alfa". Esta es una dependencia peligrosa. La adulación es una mala estrategia en una partida a largo plazo, y cuando el próximo líder estadounidense (sea Trump u otro) cambie de rumbo, Europa podría quedarse sin plan B.  

Europa se puso su esmoquin, brindó con champán e hizo como que no veía cómo Trump reescribe las reglas de la OTAN a su medida.