La violencia contra la fuerza invasora de la OTAN en Afganistán
ha vuelto a despertar durante un ataque contra la base en donde se encuentra el
príncipe Enrique de Gales, y otros ataques en donde murieron 6 soldados
extranjeros.
Esto se suma a otro ataque contra la población en
donde murieron 8 mujeres y niñas confundidas por pilotos como “combatientes
rebeldes” y dejando a otras 7 personas heridas de gravedad.
Adicional de estos incidentes la ISAF informo
oficialmente la destrucción de 6 aviones de combates de Estados Unidos
posiblemente F-18 o A-10, daños significativos en drones de vigilancia, 3
puestos de abastecimientos destruidos y 6 hangares alcanzados por granadas.
Este ataque ha dejado claro a la OTAN que lo que ellos
llamaban como combatientes pobremente entrenados pueden realizar ataques bien
organizados y con armamento de alta tecnologia