Otro excelso articulo del Maestro Noam Chomsky,
sobre como Estados Unidos siempre es el problema y la mayor amenaza para la Paz
Mundial…
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Al informar sobre el debate final de la campaña presidencial
en Estados Unidos, The Wall Street Journal
observó que el único país más mencionado (que Israel) fue Irán, al cual la
mayoría de naciones de Medio Oriente ven como la mayor amenaza a la seguridad
de la región.
Los dos
candidatos estuvieron de acuerdo en que un Irán nuclear es la mayor amenaza a
la región, si no al mundo, como Romney sostuvo explícitamente reiterando una
opinión convencional.
Acerca de
Israel, los candidatos rivalizaron en declararle su devoción, pero ni así los
funcionarios israelíes se dieron por satisfechos. Esperaban “un lenguaje
más ‘agresivo’ de Romney”, según los reporteros. No fue
suficiente que Romney exigiera que no se permitiese a Irán alcanzar un punto de
capacidad nuclear.
También
los árabes estaban insatisfechos, porque los temores árabes acerca de Irán se
debatieron desde la óptica de la seguridad israelí, no de la región, y las
preocupaciones de los árabes se pasaron por alto: una vez más, el tratamiento
convencional.
El
artículo del Journal, como
incontables otros sobre Irán, deja sin respuesta preguntas esenciales, entre
ellas: ¿quién exactamente ve a Irán como la amenaza más grave a la seguridad?
¿Y qué creen los árabes (y la mayor parte del mundo) que se puede hacer ante
esa amenaza, la vean como la vean?
La
primera pregunta es fácil de contestar. La amenaza iraní es abrumadoramente una
obsesión de Occidente, compartida por dictadores árabes, aunque no por las
poblaciones árabes.
Como han
mostrado numerosas encuestas, aunque los ciudadanos de los países árabes en
general no simpatizan con Irán, no lo consideran una amenaza muy grave. Más
bien perciben que la amenaza son Israel y Estados Unidos, y muchos, a veces
importantes mayorías, ven en las armas nucleares iraníes un contrapeso a esas
amenazas.
Aún más peligrosa es la estrategia de contención nuclear de la que Butler fue diseñador principal por muchos años. Tal estrategia, escribió en 2002, es una fórmula para una catástrofe sin remedio, y llamó a Estados Unidos y otras potencias atómicas a aceptar los compromisos contraídos dentro del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNPN) y hacer esfuerzos de buena fe para eliminar la plaga de las armas atómicas.
Las naciones tienen la obligación legal de tomar en serio
esos esfuerzos, decretó la Corte Mundial en 1996: Existe la obligación de
avanzar de buena fe y llevar a término las negociaciones orientadas al desarme
nuclear en todos sus aspectos, conforme a un control internacional estricto y
efectivo. En 2002, el gobierno de George W. Bush declaró que Estados Unidos
no está comprometido por esa obligación.
Una gran
mayoría del mundo parece compartir la opinión de los árabes sobre la amenaza
iraní. El Movimiento de Países No Alineados
(Mnoal) ha apoyado con vigor el derecho de Irán a enriquecer uranio; la
expresión más reciente fue en la reunión cumbre en Teherán, en agosto pasado.
China, que tiene estatuto de observadora en el Mnoal, hace lo mismo en buena medida. Expande los proyectos de desarrollo hacia occidente, entre ellos iniciativas para reconstituir la antigua Ruta de la Seda hacia Europa. Una vía férrea de alta velocidad conecta a China con Kazajstán y más allá. Es probable que llegue a Turkmenistán, con sus ricos recursos energéticos, y que se conecte con Irán y se extienda a Turquía y Europa.
China también ha tomado el control del importante puerto de Gwadar, en Pakistán, que le permite obtener petróleo de Medio Oriente evitando los estrechos de Ormuz y Malaca, saturados de tráfico y controlados por Estados Unidos. La prensa paquistaní reporta que las importaciones de crudo de Irán, los estados árabes del Golfo y África podrían transportarse por tierra hacia el noroeste de China a través de este puerto.
En su reunión de agosto en Teherán, el Mnoal reiteró su vieja
propuesta de mitigar o poner fin a la amenaza de las armas nucleares en Medio
Oriente instaurando una zona libre de armas de destrucción masiva. Los pasos en
esa dirección son, sin duda, la manera más directa y menos onerosa de superar
esas amenazas, la cual es apoyada por casi el mundo entero.
El mes
pasado se presentó una excelente oportunidad de aplicar esas medidas, cuando se
planeó una conferencia internacional sobre el tema en Helsinki.Se realizó una conferencia, pero no la que estaba planeada. Sólo organizaciones no gubernamentales participaron en la reunión alternativa, organizada por la Unión por la Paz, de Finlandia. La conferencia internacional planeada fue cancelada por Washington en noviembre, poco después de que Irán accedió a asistir.
La razón
oficial del gobierno de Obama fue la turbulencia política en la región y la
desafiante postura de Irán sobre la no proliferación, según la agencia
Associated Press, junto con una falta de consenso sobre cómo enfocar la
conferencia. Esa razón es la referencia aprobada al hecho de que la única
potencia nuclear de la región, Israel, se negó a asistir, alegando que la
solicitud de hacerlo era coerción.
La agencia de noticias de Kuwait informó de inmediato que el grupo árabe de estados y los estados miembros del Mnoal acordaron continuar negociando una conferencia para instaurar una zona libre de armas nucleares en Medio Oriente, así como de otras armas de destrucción masiva.
El mes pasado, la Asamblea General de la ONU aprobó por 174-6 una resolución en la que llama a Israel a adherirse al TNPN. Por él no votó el contingente acostumbrado: Israel, Estados Unidos, Canadá, las Islas Marshall, Micronesia y Palau.
Días
después, Estados Unidos realizó un ensayo nuclear, impidiendo una vez más a
inspectores internacionales el acceso al sitio de la prueba, en Nevada. Irán
protestó, al igual que el alcalde de Hiroshima y algunos grupos de paz
japoneses.
Desde
luego, instaurar una zona libre de armas atómicas requiere de la cooperación de
las potencias nucleares: en Medio Oriente, eso incluiría a Estados Unidos e
Israel, que se niegan a darla. Lo mismo ocurre en otras partes. Las zonas de
África y el Pacífico aguardan la aplicación del tratado porque Estados Unidos
insiste en mantener y mejorar las bases de armas nucleares en las islas que
controla.Mientras se llevaba a cabo la conferencia de ONG en Helsinki, en Nueva York se realizó una cena bajo los auspicios del Instituto sobre Políticas sobre el Cercano Oriente, de Washington, ramificación del cabildo israelí.
Según una nota entusiasta sobre esa gala en la prensa israelí, Dennis Ross, Elliott Abrams y otros ex consejeros de alto nivel de Obama y Bush aseguraron a los presentes que el presidente atacará (a Irán) si la diplomacia no funciona: un muy atractivo regalo de fiestas decembrinas.
Es difícil que los estadunidenses estén enterados de cómo la diplomacia volvió a fallar, por una sencilla razón: virtualmente no se informa nada en Estados Unidos sobre el destino de la forma más obvia de lidiar con la más grave amenaza: instaurar una zona libre de armas nucleares en Medio Oriente.
Noam Chomsky es profesor emérito de lingüística y filosofía
en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge. El nuevo libro de
Noam Chomsky, Power systems: conversations
on global democratic uprisings and the new challenges to US empire (Sistemas de poder: conversaciones sobre los
levantamientos democráticos globales y los nuevos retos al imperio
estadunidense) se publicará en enero.
©
2013 Noam ChomskyDistributed by The New York Times Syndicate
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2013/01/20/index.php?section=opinion&article=022a1mun