Les
dejo esta entrevista del experto en Geopolítica y analista
Internacional Pepe Escobar que escribe en el periódico de Asia Times
Online.
El
objetivo principal los recursos de Gas de la Franja de Gaza el Cual
Mahmud Abbas había negociado con Putin que serían explotados por Gazprom
y también despojar de un gobierno que defienda los intereses de los
Palestinos.,,
También
comenta sobre el peligro de la desestabilización de Ucrania y si
Estados Unidos decide cruzar la línea roja rusa, sobre como si el
Imperio del Caos alias “USA” no puede tener Euroasia la va a destruir…
La
idea de que el Imperio del Caos utiliza a cualquier institución o grupo
terrorista con ideologías medievales (islámicos extremos) para combatir
ideologías contrarias a sus intereses imperiales…
-****-
Traducido por Manuel Talens
Detrás
de los ataques actuales de Israel sobre la franja de Gaza se esconden
intereses materiales, como ocurre habitulamente en las agresiones
imperialistas. En concreto, señala el analista internacional Pepe
Escobar,
los yacimientos de gas del terriorio de Gaza. En defensa de estos
intereses se perpetra una “limpieza étnica a cámara lenta”, apunta el
analista. El periodista Pepe Escobar es corresponsal itinerante de Asia
Times/Hong Kong, analista de RT y TomDispatch, así como colaborador
habitual de sitios en la red y programas de radio. Es
autor asimismo de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving
into Liquid War (Nimble Books, 2007), Red Zone Blues: a snapshot of
Baghdad during the surge (Nimble Books, 2007), y Obama does Globalistan
(Nimble Books, 2009).
-Más
de 1.800 palestinos muertos como consecuencia de los últimos ataques de
Israel. Con independencia de la barbarie, ¿consideras que hay claves
geopolíticas o de poder que ayuden a explicar la posición sionista?
Mucho
más allá de la Operación Plomo Fundido, la actual Operación Margen
Protector –que yo llamo Operación Para Matar Mujeres y Niños– es una
especie de mini Solución Final planificada de antemano; consiste en
expulsar a los palestinos de cada vez más tierras de Gaza, en un
principio de algo más del 40%, ahora cerca del 70%, con la finalidad de
despoblar esas zonas y convertir a sus antiguos residentes en refugiados
dentro de lo que ya es una jaula o un campo de concentración. Y todo
ello para destruir la mayor parte de la vida urbana y obligarlos a huir a
pesar de que no tienen a dónde ir. Ése es el código que esconde la
consigna de “destruir a Hamas”. La
“victoria”, que Israel define como “destruir a Hamas”, significa que en
Gaza no ha de haber poder político capaz de impedir a Israel la tierra
económica prometida: la explotación de los yacimientos gasíferos del
territorio de Gaza. Una vez más, como ya he señalado en un artículo
para RT, se trata de una guerra energética bajo la cobertura de una
limpieza étnica a cámara lenta.
-En
otro plano de la realidad internacional, de las lecturas de tus
artículos se desprende que la Rusia de Putin es un potente referente
antiimperialista. ¿Qué argumentos darías a la izquierda escéptica que
considera a Rusia como otro imperio?
Voy
a Rusia con frecuencia y observo allí y en la diáspora un alto grado de
discusión intelectual. Rusia es antimperialista dentro del actual
capitalismo de desorden-cum-casino impuesto por el Imperio del Caos. Al
igual que los demás BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y
que la mayoría de los países en desarrollo, Rusia desea un mundo
multipolar, con estados soberanos fuertes y no intimidados por una
superpotencia obsesionada por la guerra. Rusia no tiene ambiciones
imperialistas, si bien quiere mantener una esfera de influencia que ni
siquiera abarca a toda la antigua Unión Soviética. Ésa es la lógica que
subyace a la Unión Económica Euroasiática, unión que, más que un
competidor, sería un socio de la Unión Europea.
-¿Pueden destacarse avances sociales en la Rusia putiniana?
Por
supuesto. Recuerdo muy bien la Rusia de la época de Yeltsin, solía ir
mucho allí como reportero. Había unos cuantos oligarcas y los demás
trabajaban como burros. Tras la crisis del rublo en 1998, la mayoría de
la población estaba quebrada. Ahora hay una considerable nueva clase
media, igual que en los demás BRICS.
-Al
lector/espectador occidental le llega fundamentalmente ruido mediático
de Ucrania. ¿Cómo observas actualmente la correlación de fuerzas entre
los actores en conflicto: Estados Unidos-Unión Europea-Rusia-Ucrania?
Estamos
en la Segunda Guerra Fría, como llevo diciendo desde hace semanas. Esto
es lo que siempre quisieron las células neoconservadoras incrustadas en
la administración de Obama y sectores sustanciales del complejo de
seguridad militar-industrial, además de la OTAN. Rusia quería una
solución política para Ucrania, incluso antes de los disturbios de
Maidan (Plaza de la Independencia).
La Unión Europea quería su propia solución: el boxeador Klitscko.
Ganaron los neoconservadores con su golpe de Estado fascista. En Ucrania
asistimos esencialmente a una pelea de perros oligarcas. Es un estado
semifallido que no será rescatado por el FMI ni por un acuerdo de
asociación comercial con la Unión Europea. La UE no quiere ni necesita a
Ucrania y USA tampoco. Lo único que le importa a Washington es la OTAN.
A pesar de que el golpe de Estado no logró asumir el control de Crimea e
incluso perdió ésta como base de la OTAN, hoy Ucrania es ya un
miembro importante de la OTAN, lo cual podría conducir a que la
Organización del Atlántico Norte situara misiles en el territorio
ucraniano, que es la línea roja final de Rusia. Sin el gas ruso
Ucrania se congelará. Ya estaba en quiebra y ahora todavía más después
de que el FMI le echara una “mano amiga”.
-¿El
conflcto se explica por lo que exclusivamente ocurre en Ucrania, o se
inserta en una partida de ajedrez de más largo recorrido?
Éste
es el capítulo fundamental del Nuevo Gran Juego en Eurasia. Washington
hará lo que sea para mantener a Ucrania como un peligroso caso perdido
en la frontera occidental de Rusia. El objetivo clave es impedir que
Rusia se integre económicamente en la UE, que a su vez es un argumento
secundario del giro hacia Asia para impedir la vinculación de China con
la UE y la propagación de las nuevas rutas económicas de la seda. Para Washington, la integración de Eurasia es el anatema absoluto. Si no pueden tenerla ni controlarla, tienen que destruirla. Esto ya formaba parte del “tablero de ajedrez” que Brzezinski conceptualizó en 1997.
-Por
otro lado, ¿crees que se perfila un eje China-Rusia frente a la
hegemonía de Estados Unidos? Si es así, ¿en qué aspectos se concreta?
La
asociación estratégica entre China y Rusia ha ido evolucionando durante
años. Se manifiesta en los BRICS, en la OCS (Organización de
Cooperación de Shanghái), en el G-20 y en otros muchos mecanismos. La
clave es la energía –el gas y el petróleo–, pero también la inversión.
Lo he visto en detalle en el Foro Económico de San Petersburgo. China
ayudará a Rusia en el desarrollo de la Siberia oriental. El mito de que
China invadirá Siberia es sólo eso, un mito. Los BRICS están avanzando
mucho en la implantación de mecanismos económicos y financieros para
eludir el dólar US. Coordinan sus políticas en Asia y se están
introduciendo económicamente en América del Sur.
-¿Cómo
se entienden los conflictos entre China y Estados Unidos, por ejemplo
en el Pacífico, cuando mantienen una engrasada relación de intercambio
basada en manufacturas por títulos de deuda?
Sus
economías están entrelazadas. Beijing no quiere una gran explosión
contra el dólar US, ya que también perdería mucho. Beijing sabe también
que el mar del sur de China es el pretexto ideal para que USA ponga en
marcha el giro hacia Asia, que en realidad cubre el Océano Índico y el
Pacífico occidental. El objetivo de USA es encerrar ahí a la Armada
china e incrementar el “divide y vencerás” para evitar una mayor
integración económica entre China y el Sudeste asiático. Es patético,
porque China es el principal socio comercial de todos ellos. El brazo
económico del giro –el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación
Económica (TAPP) – es un desastre; nadie lo quiere, porque saben que es
una tapadera para que todas las multinacionales yanquis tengan barra
libre.
-Por otra parte, ¿qué influencia tiene actualmente el “yihadismo” en Siria? ¿En qué punto se halla el conflicto?
Lo
que la nebulosa yihadista no pudo conseguir en Siria terminó por
conseguirlo en Iraq. No hay fronteras en el desierto de Siria e Iraq y
el califato, ahora Estado Islámico, seguirá funcionando en su interior,
aunque sin expandirse, ya que está rodeado de potencias hostiles. Como
entidad religiosa y política, el califato es una broma que todos los
eruditos musulmanes serios consideran ridícula.
-¿Existe
la misma influencia del “yihadismo” en Iraq? ¿Coexiste con una
resistencia civil, y podría denominarse a ésta de izquierdas?
Hay
un “resistencia” sunita civil en Iraq contra Bagdad, representado por
al-Maliki, pero no tiene nada que ver con los yihadistas. Esta
resistencia se queja de que los sunitas están marginados en el gobierno,
pero detesta la metodología yihadista. La “izquierda” que queda en Iraq
es muy limitada, sólo existe en bolsas chiitas, que celebran el hecho
de que por lo menos se han librado del imperio USA. Los sadristas
podrían considerarse “izquierda” en lo que respecta a sus preocupaciones
sociales. No son sectarios –antisunitas– y, al mismo tiempo, son muy
críticos con el gobierno de al-Maliki.
-En
términos generales, ¿puede hablarse de una “complejidad” dentro del
fundamentalismo-yihadismo? ¿Existen diferentes corrientes, incluso
enfrentadas? ¿Cuál es su relación con Estados Unidos?
Hay
muchas corrientes yihadistas diferentes, todas ellas financiadas por
los acaudalados donantes del Golfo, pero USA sólo acepta e incluso apoya
a algunas de ellas, según el principio de que “el enemigo de mi enemigo
es mi amigo”. De ahí la risible distinción yanqui entre yihadistas
“buenos” y “malos”. Algunos son más fáciles de manipular que otros en la
lucha contra las repúblicas laicas, como la de Assad en Siria. La
experiencia enseña que USA siempre utiliza a entidades religiosas
medievales para luchar contra entidades laicas o progresistas que no le
convienen.
-Por último, ¿en qué ha quedado Libia tras la intervención de la OTAN?
Es
un estado fallido, dirigido por milicias, que está al borde de la
anarquía más absoluta. Una extraordinaria victoria de la OTAN.
-¿Y Afganistán?
Los
talibán lucharán contra quien esté en el poder después de Karzai. Y ya
sea con un acuerdo que permita la presencia de fuerzas yanquis sobre el
terreno (Status of Forces Agreement, SOFA) o sin él, el imperio es ahora
más que periférico. El desastre actual lo resolverán entre sí –si es
que lo resuelven– los clanes guerreros afganos, como históricamente ha
sucedido siempre.