“Me parece físicamente, humanamente imposible que Estados Unidos pueda algún día pagar sus deudas”. Jim Rogers conocido Inversionista de Wall Street
Nunca será rico quien gasta más de lo que ingresa, ni los individuos, ni las familias, ni las naciones.
Les dejo este articulo de un gran economista Carlos Mota, sobre lo que se avecina en crisis:
Carlos Mota // Cubículo Estratégico
Primera. Estados Unidos ya no significa “inversión libre de riesgo”, como nos lo enseñan en la universidad y como lo daban por descontado todos los inversionistas. La pérdida de la calificación AAA significa que hay un riesgo —pequeño hoy, pero latente— de que ese país no pueda pagar sus deudas. La declaración del connotado inversionista Jim Rogers lo resumió ayer: “Me parece físicamente, humanamente imposible que Estados Unidos pueda algún día pagar sus deudas”. Segunda. El nuevo personaje de la macroeconomía mundial se llama Jean Claude Trichet, el banquero central europeo. Es como un piloto que debe conducir un jet en plena turbulencia de tifón, sin un motor, y con 200 pasajeros a bordo sufriendo por despresurización. Trichet está activando mecanismos conocidos en Estados Unidos (compra de bonos) para calmar a los mercados, pero no hay garantía de que él solo pueda compensar ahora, desde Europa, el desastre que desató Estados Unidos. By the way. ¿Y Ben Bernanke? Tercera. China es el nuevo interlocutor financiero internacional. Su petición de que se establezca otra moneda de reserva global cayó como agua fría en el Tesoro estadunidense, que no tiene hoy una voz legítima para pedir la depreciación del yuan si en casa propia sus emisiones de deuda pierden seguridad. Es cierto que no hay un escenario en el corto plazo para sacar al dólar del escenario, pero la segunda economía del mundo ya puso el tema en la mesa. Cuarta. La volatilidad bursátil se podría convertir en un verdadero reflejo de recesión. Esto último, la posibilidad de una contracción de la economía, parece inevitable a la luz del alto desempleo, vida económica artificial y estimulada, presiones inflacionarias y desánimo del consumidor. Es decir, si las bolsas están descontando con verdad el futuro que se avecina, agárrense. Quinta. México aparece en este drama como espectador y no como protagonista. No obstante, si los actores se están ahogando en el escenario, seguro nos salpicarán —esperemos no terminar empapados. El tema es saber si las medidas “anticíclicas” encuadran en un escenario de carencia de liderazgo internacional e imposibilidad de coordinación global. País pequeño en turbulencia grande. Milenio