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Mientras el Presidente Barack Obama se preparaba para asumir su segundo
mandato como el presidente número 44 de Estados Unidos, dos valientes periodistas estrenaban su nuevo
documental en el Festival de cine de Sundance. “Dirty Wars: The World Is
a Battlefield” (literalmente: “Guerras sucias: el mundo es un campo
de batalla”) confirma el papel fundamental que desempeñan los
periodistas independientes como el director de la película, Rick Rowley, y su
narrador y figura central, Jeremy Scahill. Los
cada vez más frecuentes ataques estadounidenses con aviones no tripulados y la
utilización del gobierno de Obama de fuerzas especiales secretas para realizar
ataques militares que escapan a la vigilancia y la rendición de cuentas fueron
omitidos por completo durante el fin de semana de asunción de Obama por los
medios masivos, que estaban demasiado ocupados cubriendo el nuevo
peinado de la primera dama Michelle Obama. El documental “Dirty
Wars”, junto con el próximo libro de Scahill de igual título, pretende
romper ese silencio y centrar la atención en asuntos más importantes.
Scahill y
Rowley, que conocen muy bien las zonas de guerra, se atrevieron a ir más allá de Kabul, en Afganistán, y viajaron a la
localidad de Gardez, en la provincia de Paktia, una región repleta
de talibanes armados y de sus aliados de la red Haqqani, para investigar uno de
los miles de ataques nocturnos sobre los que los medios no suelen informar.
Scahill
me dijo: “Lo que sucedió en Gardez fue
que las fuerzas de operaciones especiales de Estados Unidos tenían información
de que una célula del Talibán estaba reunida preparando a un atacante suicida.
Entonces irrumpieron en la supuesta casa en medio de la noche y terminaron
matando a cinco personas, entre ellas a tres mujeres, dos de ellas embarazadas,
y a Mohammed Daoud, un alto jefe de la policía afgana que había sido entrenado
por Estados Unidos, particularmente, por la empresa de seguridad
privada Military Professional Resources Incorporated, una empresa de
mercenarios”.
Scahill y
Rowley viajaron al lugar de los hechos para escuchar los testimonios de las
personas que viven en la mira de la política exterior estadounidense. En Gardez
entrevistaron a los sobrevivientes de aquel violento ataque ocurrido en la
madrugada del 12 de febrero de 2010. Tras haber visto a las fuerzas especiales
estadounidenses matar a su hermano, su esposa, su hermana y su sobrina,
Mohammed Sabir fue esposado al suelo. Desde allí observó, indefenso, cómo los
soldados estadounidenses extirparon las balas del cadáver de su esposa con un
cuchillo. Sabir y los hombres que sobrevivieron fueron luego trasladados en
helicóptero a otra provincia.
Sabir describió su calvario ante la cámara de Rowley:
“Tenía las manos y la ropa manchadas de sangre. No nos dieron agua para
limpiarnos. Los interrogadores estadounidenses tenían barba y no vestían
uniforme. Eran musculosos y tenían ataques repentinos de ira”. Y
prosiguió: “Cuando regresé a mi casa mis familiares muertos ya habían
sido enterrados, y en el hogar tan solo quedaban mi padre y mi hermano. Ya no
quería seguir viviendo, quería ponerme un chaleco suicida e inmolarme frente a
los estadounidenses. Pero mi hermano y mi padre no me dejaron. Quería una yihad
contra los estadounidenses”.
Antes de
partir, Scahill y Rowley realizaron copias de los videos captados por los
teléfonos celulares de los sobrevivientes. Uno
de los videos muestra que no se trataba de una reunión del Talibán, sino de una
celebración muy animada del nacimiento de un niño que fue interrumpida por el
ataque. Rowley describió otro de los videos: “La imagen está movida y
pensamos que se trataba de otro video de los cadáveres, pero luego se escuchan
voces con acento estadounidense que hablan de unificar la versión de los
asesinatos ocurridos esa noche, de que todos contaran la misma
versión de los hechos. Se oye que intentan inventar una historia para mostrar
que lo sucedido no había sido una masacre”.El documental también muestra una imagen tomada en Gardez por el fotógrafo Jeremy Kelly poco después de la masacre en la que puede verse a un almirante estadounidense, llamado McRaven, rodeado de soldados afganos a quienes les ofrece una oveja como gesto tradicional para pedir perdón por la masacre. El encubrimiento de los incidentes no había funcionado.
William
McRaven dirigía el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas ( JSOC , por sus
siglas en inglés). La labor periodística de Scahill, junto al increíble trabajo
del camarógrafo Rowley, le sigue la pista al JSOC e investiga minuciosamente
los ataques nocturnos perpetrados por esta fuerza, que rara vez llegan a la
prensa. De Afganistán a Yemen, pasando por
Somalia, su documental brinda, por primera vez, una imagen real y exhaustiva
del JSOC y del “mundo no tan feliz” del Comandante en Jefe Obama.
El ataque
con avión no tripulado perpetrado en Yemen el día de la segunda asunción de
Obama fue el cuarto realizado en pocos días. Desde comienzos de año también se
produjo un aumento similar de estos ataques en Pakistán. El Washington Post
informó que Obama tiene un que detalla las autorizaciones para realizar ataques
con aviones no tripulados, pero aparentemente exime de esa autorización a los
ataques realizados por la CIA en Afganistán y en Pakistán. El día de la asunción de su segundo mandato, Obama
nombró oficialmente a John Brennan como director de la CIA . Brennan es un
ferviente defensor de las denominadas “técnicas de interrogatorio
mejoradas”, que muchos denominan tortura, y es además el artífice del
programa de ataques con aviones no tripulados..
Amy
Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se
emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en
más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el
sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos",
editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.