"No tengan miedo. Hemos venido a liberarlos. Soy un oficial soviético"
El 27 de enero de 1945 el Ejército Rojo liberó el campo de exterminio y concentración de Auschwitz-Birkenau.
Este lugar, símbolo del terror nazi, fue uno de los sitios más letales del Holocausto, donde se estima que murieron más de un millón de personas, la mayoría judíos, además de prisioneros de guerra soviéticos, polacos, gitanos, disidentes políticos. En este complejo, el Dr. Josef Mengele realizaba sus aberrantes experimentos.
El coronel del Ejército Rojo Gueorgui Elisavetskii y su regimiento fueron unos de los primeros en entrar en el campo de concentración de Auschwitz:
"Entramos en los barracones. El mismo silencio. Esqueletos medio muertos yacían en masa sobre las literas de tres pisos. Los prisioneros, al vernos, empezaron a esconderse temerosos.
Al principio, los soldados estaban confusos. Finalmente, desde algún lugar, como a través de un muro, oí las voces de los soldados: "¡Camaradas, son libres!".
Yo también intento decir algo, pero no reconozco mi voz. Finalmente, digo: "No tengan miedo. Hemos venido a liberaros. Soy un oficial soviético...". Veo que no me entienden, así que empiezo a hablar en una mezcla de ruso-ucraniano, polaco-alemán…
Después hablé en hebreo. La reacción fue terrible. Probablemente pensaron que era una provocación.
Dije: "No teman, soy un coronel soviético, judío de nacionalidad. Aquí están mis condecoraciones. Hemos venido a liberarlos…"
Finalmente, como si se hubiera derrumbado una barrera, al principio tímidamente, luego con más audacia, tambaleándose, los prisioneros se acercaron, como saliendo de un estupor.
Los soldados, que habían visto muchas cosas, se quedaron inmóviles, con las lágrimas corriéndoles por las mejillas. Sí, esto es algo que nunca podrás olvidar"
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