Les dejo esta entrevista muy interesante, sobre como
Alemania es la más preocupada por una desaparición del Euro.
Hasta ahora nadie había hablado de la influencia que
tienen las estructuras familiares para explicar el porqué de las dificultades
políticas y económicas que atraviesa actualmente Europa, sobre todo en torno
a su moneda común, el euro. El intelectual francés Emmnauel Todd nos explica
su original punto de vista en esta entrevista acordada a dos periodistas
suizos.
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Diario La Tribuna de Ginebra: Usted
comentó que la elección de Nicolas Sarkozy como presidente hace cinco años
atras fue un síntoma de los males que sacuden a la sociedad francesa. ¿Qué
puede decir de la elección de Francois Hollande, proclamado presidente de
Francia recientemente?
Emmanuel
Todd:
Esta elección fue muy importante. Se ha dicho que se trataba más bien de un
referéndum a favor o en contra de Sarkozy. En
realidad, fue un referéndum sobre la identidad nacional [de los franceses] y
que llevaba la siguiente pregunta: ¿Qué es Francia? ¿Francia sigue siendo
aquella nación de los ideales de 1789 [revolución francesa] o se define hoy, en
este espacio globalizado, bajo criterios étnicos? Para mí, Nicolas Sarkozy, que
ha hecho una campaña [política] de extrema derecha, en lo que yo califico como
siendo una pedagogía de la maldad. Él ha sido el candidato de una patología, el
candidato de la desviación y alejamiento de lo que es realmente la tradición
nacional [francesa] la cual lleva un mensaje de universalismo y de igualdad.
François
Hollande nos hizo sonreír cuando declaró que él sería un presidente normal. En
realidad, él era el candidato para que la normalidad nacional vuelva. Y
Hollande ha hecho también su campaña sobre estos temas. Hay una ilusión en la
democracia. La gente piensa que eligió a un hombre, pero de hecho, los
franceses han expresado lo que son [interiormente]. Un pueblo que vota, dice
como se juzga a sí mismo. El resultado fue ajustado. Pero las grandes
decisiones históricas no te toman con una gran mayoría.
Diario
La Tribuna de Ginebra: Más allá del
diferendo existente entre la canciller alemana Angela Merkel y el
presidente francés Hollande,
¿no es en sí la misma naturaleza de la sociedad francesa y alemana la que
genera problema?
Emmanuel
Todd: En
mi libro La invención de
Europa, yo preconizaba ya en 1990, que quince o veinte
años más tarde, Europa sería una jungla. Mi investigación antropológica me
había convencido que la diversidad de sistemas familiares, de temperamentos
políticos y sociales [europeos] haría que la moneda única [es decir el euro]
fuese por decir, algo casi imposible [de administrar].
Diario
La Tribuna de Ginebra: ¿Pero qué relación
hay entre las estructuras familiares y el euro, es decir la moneda común?
Emmanuel
Todd: Las personas que toman las
decisiones [políticas] y que crearon el Euro [moneda]
pensaron que unificando las monedas [europeas] iban a cambiar las mentalidades.
Pero las sociedades están ante todo marcadas por los valores heredados
implícitamente de su estructura familiar. Francia, por ejemplo, históricamente
vive bajo un sistema individualista igualitario. Es conocido, por ejemplo, que
en el mundo campesino francés en la Edad Media, la herencia era repartida a
partes iguales entre todos los hijos, sean estos hombres o mujeres. Los jóvenes
eran liberados [de la tutela de sus padres] a temprana edad, la autoridad
siendo débil, esto daba como resultado jóvenes adultos particularmente favorables
a ideas de libertad e igualdad.
Este modelo termina siendo proyectado sobre un plano ideológico, y todo esto procrea o engendra individuos bastante difíciles a ser gobernados o administrados, sea en un plano político o social. ¡El típico burdel francés pues!
Este modelo termina siendo proyectado sobre un plano ideológico, y todo esto procrea o engendra individuos bastante difíciles a ser gobernados o administrados, sea en un plano político o social. ¡El típico burdel francés pues!
Al
contrario, la estructura familiar alemana era el sistema del heredero único. La
granja o la bodega se le otorgaba en herencia frecuentemente al hijo mayor
(pero a veces al menor, como sucedía en la ciudad de Berna
–Suiza–). Esto genera valores de autoridad y de desigualdad. De
jerarquía. Parejas de esposos bastante maduros vivían aún en casa de sus
padres… Evidentemente, las reglas de herencia han cambiado y las ciudades
alemanas ya no son ni se asemejan a las del pasado, pero los modos de
comportamiento en la vida política, económica y social perduran aún hoy.
Resumiendo, se trata de dos sociedades muy diferentes. Y si se ha hecho la
moneda única con los alemanes, ¿por qué no hacerla con los japoneses?
Diario
La Tribuna de Ginebra: Pero
justamente…, Suiza está construida de culturas diferentes
alrededor de una moneda única [el franco suizo]
Emmanuel
Todd:
Sí, es verdad esto. En Suiza hay una población de cultura germánica con
estructuras familiares de tipo alemán. Y también los suizos romands, es decir
los suizos que hablan francés [y con influencia de la cultura francesa] y con
estructuras familiares de tipo francés (sin olvidar a los suizos italianos y
los suizos romanches). Pero en Suiza, la religión ha equilibrado el sistema. El
protestantismo es casi tan fuerte en
ambas partes de la suiza francófona [de cultura latina] que en la parte suiza
alemana [de cultura sajona]. No es el caso de Alemania, mayoritariamente
protestante y de Francia mayoritariamente católica. Las identidades culturales
están más polarizadas.
Diario
La Tribuna de Ginebra: ¿No es posible una
solidaridad entre países vecinos?
Emmanuel
Todd:
Ahí hay una confusión. El discurso europeo es infantil. En estos tiempos de
globalización, se piensa que mientras más grande se es, uno es más fuerte. Los
chinos son 1,3 billones de personas, en India habrá pronto más gente que en
China, en Estados Unidos son 300 millones de personas… Se piensa pues: la
unión hace la fuerza. Pero en la realidad europea, primero priman la cultura y
la solidaridad nacional y en ese sentido, el librecambio [comercial] empuja a
las naciones [a una lucha, disputa económica] entre ellas. La globalización no
es otra cosa que una competición [económica-comercial] a escala mundial, pero
en los hechos, los países que se están confrontando son sobre todo los países
que están más parejos en términos de nivel de vida así que más cerca
geográficamente.
Por
ejemplo, si los chinos mantienen su moneda
[devaluada], el yuan, a un nivel bastante bajo, no lo hacen por estar en contra
de nosotros [europeos o de las exportaciones europeas], nosotros europeos no le
importamos para nada en ese sentido a consecuencia de la gran diferencia de
salarios [y de costos y niveles de vida] existentes entre China y Europa. Los
chinos lo hacen para seguir siendo competitivos frente a sus vecinos asiáticos,
sean estos tailandeses, filipinos y poder conservar en China las empresas
[fábricas productoras], y que estas no vayan a implantarse en otros países
donde la mano de obra sea más barata.
Lo mismo sucede en Europa, para sobrevivir, cada país juega
su juego. Comenzando por Alemania, cuyos líderes han sabido muy bien utilizar
el euro como un espacio cerrado y en el cual las economías [europeas] más
débiles no podían ya devaluar sus monedas [para hacer que sus exportaciones
sean más competitivas frente a Alemania porque todos usan la misma moneda, el
euro].
La
paradoja de Europa resulta que se suponía que todos iban a ser solidarios, pero
los Estados se han comportado a la manera inversa.
Diario
Tribune de Genève: ¿El eje
franco-alemán puede ser aún la columna vertebral de la Unión Europea?
Diario
La Tribuna de Ginebra: La reconciliación franco-alemana después de la guerra
[Segunda Guerra Mundial], se tenía que hacer. Pero, reconciliarse, no quiere
decir que ya somos iguales. La historia de Europa es eso. En un principio, se
trató de un proyecto que se basó en un modelo franco-compatible, proyecto de
hacerlo con otras naciones a un nivel de igualdad de voz, cual fuese el tamaño
o potencia del país. La costumbre de aplicar una jerarquía por los países
miembros, poniendo a Alemania a la cabeza, Francia en un brillante segundo
puesto y a los otros países europeos de cultura latina en la cola del pelotón,
hemos pasado finalmente a un modelo aún más jerárquizado.
Pero uno se hace la pregunta: ¿Alemania tiene en verdad un deseo real de dominación? El problema con este tipo de sociedad construida sobre un modelo «autoritario» es que cuando no hay nadie por encima de ellos, esto se puede ir por la tangente. Ahora, Alemania está muy emancipada de los Estados Unidos. Y aunque Brzezinski plantea la cuestión de una tentación alemana, de un retorno a la política de Bismarck, política de poder independiente, sobre todo después de los acuerdos estratégicos en materia de energía firmados con Rusia. Hay indicios que muestran que Alemania se comporta como una gran potencia ahora, no sólo por los diktats dados a Grecia. En cambio, los japoneses, que también tienen una estructura familiar «autoritaria», ya no quieren estar más en una posición de dominación y por eso han preferido elegir el rol de ser el hermano pequeño de los Estados Unidos.
Diario
La Tribuna de Ginebra: ¿En qué el modelo
familiar griego puede esclarecer la crisis [europea actual]?
Emmanuel
Todd:
Esto es muy interesante. Escuchamos en estos momentos discursos muy humillantes respecto a Grecia
[se le acusa de todos los males e incompetencias]. Entonces, ante la ausencia
de un Estado central fuerte, ante la dificultad de recaudar los impuestos, todo
esto podría explicarse por la complejidad [existente] de las estructuras
familiares [griegas]. Porque en Grecia hay tres modelos tradicionales
diferentes. El que existe en Atenas y en las islas [del mar Egeo] que es
matriarcal (centrado en las mujeres) con reglas de primogenitura femenina pero
«a la ligera», sin cohabitación de generaciones. En cambio en el Peloponeso y
en la región de Beocia tenemos núcleos [familiares] menos rígidos patriarcales
(centrados sobre los padres). En Tesalia y el Epiro el modelo [familiar] es más
bien comunitario, a la manera existente entre los serbios y rusos.
Entonces, estos diversos modelos familiares generan personas [gente] diferentes, muy dinámicos [por su diversidad]. Grecia tiene una gran historia marítima. Tienen una gran diáspora. Los demógrafos están impresionados por la longevidad de vida de su población. Manifiestamente, existe un arte de buen vivir, una sabiduría, y que no se puede calificar de ocio. Si los griegos son expulsados del euro [espacio económico que utiliza esta moneda europea] contra su propia voluntad, ellos van a tener un año muy duro y difícil.
Entonces, estos diversos modelos familiares generan personas [gente] diferentes, muy dinámicos [por su diversidad]. Grecia tiene una gran historia marítima. Tienen una gran diáspora. Los demógrafos están impresionados por la longevidad de vida de su población. Manifiestamente, existe un arte de buen vivir, una sabiduría, y que no se puede calificar de ocio. Si los griegos son expulsados del euro [espacio económico que utiliza esta moneda europea] contra su propia voluntad, ellos van a tener un año muy duro y difícil.
Pero enseguida, toda la gente verá la enorme ventaja
competitiva en términos salariales de Grecia. El país se levantará
[económicamente]. Pero por otro lado será el fin de la moneda única europea [el
euro]. Si los
países europeos se pelean hoy en día por mantener a Grecia dentro del espacio
monetario común (sobre tratan de
mantenerla dentro para que Grecia siga pagando, para poder despojarla aún
más de sus bienes), pero en realidad es sobre todo la salida decidida de Grecia
del euro lo que les da mucho miedo.
Diario
La Tribuna de Ginebra: Usted hace la
constatación de un fracaso de la moneda única. Alemania amenaza Grecia ahora
con sacarla del euro. ¿Qué significa esto para Ud.?
Emmanuel
Todd: En
primer lugar, ser conscientes de que si el euro se derrumba, es Alemania el
país que será más afectado, ya que es el país más exportador [de Europa]. En
1929, fueron los Estados Unidos y Alemania los que sufrieron más del desplome
de la bolsa debido a que estos dos países fueron las dos mayores potencias
industriales de la época. Los alemanes han
entendido claramente que con un retorno a las monedas nacionales del pasado
[peseta española, lira italiana, franco francés, marco alemán, dracma griego,
etc.], todos van a devaluar [sus monedas] para protegerse de las exportaciones
alemanas.
Y Alemania además de tener que volver al marco alemán, estará estrangulada [económicamente]. Es por esta razón qué los dirigentes o líderes [políticos] alemanes van muy lejos con sus amenazas respecto al euro, más lejos de lo que pueden. En realidad, la gente que está más traumatizada con la posibilidad de una desaparición del euro, son los mismos dirigentes alemanes. Sin embargo, los griegos y los franceses quieren quedarse en el euro más por razones irracionales. Debido a que hay una parte mágica en la moneda única, a pesar de que ellos no entienden la razón. No se dan cuenta de que el fin de la moneda única les hará mucho bien.
Diario
La Tribuna de Ginebra: Usted denuncia una
especie de conspiración
mundial de la oligarquía financiera y globalista contra
la democracia. ¿Usted acusa al Foro Mundial de Davos o a la OMC con sede en
Ginebra, como siendo las capitales mundiales de lo que Ud. detesta?
Emmanuel
Todd: En
primer lugar, Davos
no tiene mucha importancia. En cuanto a Ginebra, no se trata sólo de la OMC
[Organización Mundial de Comercio], Ginebra es también la sede de la
Organización Internacional del Trabajo y de muchas otras instituciones
internacionales.
La OMC no es el problema. Si vamos aplicar un proteccionismo regionalizado, habría que despedir al señor Pascal Lamy. El problema es la corriente libre-comercio [librecambismo neoliberal] actual de la OMC. En cuanto a Ginebra, se trata de una gran ciudad de habla francesa que tiene una función internacional prestigiosa. Ginebra es una oportunidad real para Francia. Si Francia quiere suicidarse sólo tiene que criticar a Ginebra o Bruselas. Francia tiene una gran deuda en ese sentido con estas dos ciudades francófonas, que no están bajo la influencia de París. Sin estas ciudades, Francia con su centralismo [agobiante] estaría muerta desde hace tiempo.
La OMC no es el problema. Si vamos aplicar un proteccionismo regionalizado, habría que despedir al señor Pascal Lamy. El problema es la corriente libre-comercio [librecambismo neoliberal] actual de la OMC. En cuanto a Ginebra, se trata de una gran ciudad de habla francesa que tiene una función internacional prestigiosa. Ginebra es una oportunidad real para Francia. Si Francia quiere suicidarse sólo tiene que criticar a Ginebra o Bruselas. Francia tiene una gran deuda en ese sentido con estas dos ciudades francófonas, que no están bajo la influencia de París. Sin estas ciudades, Francia con su centralismo [agobiante] estaría muerta desde hace tiempo.