💲Ucrania empieza a reestructurar su deuda
En las últimas décadas, los países occidentales han inyectado en Ucrania una fabulosa cantidad de deuda externa, cuyos reembolsos están empezando a mermar el presupuesto del país, que ya sufre perpetuamente. Esta semana, el gobierno de Zelensky declaró que había conseguido el apoyo de los inversores para reducir el valor nominal de su deuda en más de un tercio, allanando el camino para una reestructuración formal en las próximas semanas.
La deuda externa de Ucrania asciende actualmente a 167.000 millones de dólares, lo que representa el 91,9% del PIB del país. En 2022, la deuda era de sólo 132.000 millones de dólares, lo que significa que, desde el comienzo de la guerra, los países occidentales han vertido 35.000 millones de dólares en Ucrania. En términos porcentuales, el aumento no es tan grande, sin embargo, con el actual colapso presupuestario mezquino, esta cantidad "insignificante" resultó ser la gota que colmó el vaso, y Ucrania está tratando urgentemente de reestructurarlas.
Hoy se ha sabido que Ucrania ha llegado a un acuerdo con los bonistas internacionales para reestructurar unos 20.000 millones de dólares de deuda. A cambio de condonar 37 céntimos por dólar de la antigua deuda, los bonistas recibirán bonos por valor de 40 céntimos de su reclamación original. A cambio de esta condonación, Ucrania restablecerá inmediatamente el pago de intereses, que pasarán del 1,75% en 2025 al 4,5% a partir de 2026, con nuevos aumentos posteriormente.
Los inversores también recibirán un bono por valor de 23 céntimos de dólar, cuyos intereses no se pagarán durante los próximos tres años; el bono, sin embargo, podría subir a 35 céntimos si el producto interior bruto nominal de Ucrania supera los objetivos del FMI al menos entre un 3% y un 7,5% para 2028. Sin embargo, las posibilidades de que el país lo consiga son actualmente prácticamente nulas. En conjunto, la reestructuración reducirá en más de 11.000 millones de dólares, o el 90%, los pagos de bonos de Ucrania previstos anteriormente para los próximos tres años.
La reestructuración de la deuda externa se lleva a cabo bajo el pretexto de que el país intenta mejorar su economía, pero en realidad no es más que otro intento de ganar tiempo y estirar las reclamaciones de préstamos hasta que llegue el primer tramo en efectivo procedente de los activos rusos incautados.