Del sitio Tlaxcala les dejo este importante documento
Tlaxcala ha hecho cinco preguntas a tres autores –Dmitry Orlov, The Saker y Pepe Escobar–
que han estado siguiendo de cerca la situación, tanto en Ucrania como
en su entorno. He aquí sus respuestas. Tlaxcala no comparte todos sus
puntos de vista, pero los considera de interés para su divulgación.
1-
¿Creen ustedes que EE.UU. (Obama) está utilizando a Ucrania para
vengarse de su derrota en Siria y convertir a la UE en una entidad “no
apta para la lucha”? ¿Cuáles serían sus objetivos estratégicos?
Dmitry Orlov:
El objetivo de Obama era llevar a cabo un golpe de Estado para
reemplazar el gobierno de Ucrania por un régimen títere. Esto se ha
logrado. Pero dudo de que su estrategia vaya más allá.
The Saker:
La crisis actual es una creación de Estados Unidos y, en menor medida,
de la UE. EE.UU. está atascado en una mentalidad de Guerra Fría, que se
refleja en las dos citas siguientes: una de Hillary Clinton, “Existe
un movimiento que trata de resovietizar la región. [...] No van a
llamarlo así, lo llamarán unión aduanera, Unión Euroasiática o algo
similar, [...] pero que nadie se equivoque al respecto. Sabemos cuál es
el objetivo y estamos tratando de determinar la manera más eficaz para
frenarlo o impedirlo”, y la otra de Zbigniew Brzezinski: “Sin
Ucrania, Rusia deja de ser un imperio, mientras que con Ucrania
–primero comprándola y, luego, sometiéndola– se convierte
automáticamente en un imperio...”. Según Zbig, el nuevo orden mundial bajo la hegemonía de Estados Unidos se crea en contra de Rusia y de los restos de Rusia. Ucrania es la avanzadilla occidental para impedir una nueva Unión Soviética” (fuente).
De esta manera, EE.UU. no está tratando de “conseguir” Ucrania para la
OTAN o para cualquier otro propósito, lo que quiere es “negarle” Ucrania
a Rusia a la espera de impedir que ésta se convierta en un nuevo
imperio soviético. Se trata pues de un puro juego de suma cero: por
definición, cualquier pérdida de Rusia es un éxito para EE.UU.
El hecho de que Rusia sea ya una superpotencia capaz de detener a EE.UU. (como demostró la crisis siria) o de que Rusia no tenga ningún deseo de convertirse en otra Unión Soviética o cualquier otro tipo de imperio (los imperios son costosos y los rusos no tienen ningún deseo de convertirse en otra URSS) no cambia las premisas: la plutocracia estadounidense lo cree y actúa con arreglo a dicha creencia. Por otra parte, las elites de Estados Unidos se sintieron humilladas por la crisis siria y ahora quieren demostrarle a Rusia y al resto del mundo “quién es el que manda”. Por último, si a todo esto se le añade la influencia de algunos lobbies étnicos muy poderosos que comparten un odio común hacia Rusia (judíos, ucranianos, polacos) se obtiene una política cuyo único objetivo es ponerle las cosas a Rusia lo peor posible. Esto no es nuevo. Durante la guerra de Afganistán, EE.UU. estuvo dispuesto a respaldar totalmente a los peores tipos de terroristas wahabíes con tal de hacerle daño a la URSS.
Ahora, EE.UU. está apoyando a nacionalistas neofascistas y violentos. La única condición para que cualquier grupo terrorista, por loco y perverso que sea, obtenga dinero de la CIA y sus afiliados es que aborrezca a Rusia. Las guerras de Croacia, Bosnia y Kosovo no tenían otro propósito que “pegársela a los rusos”. Y si miramos más de cerca al núcleo de este odio demencial de las elites estadounidenses hacia Rusia nos encontraremos con que en Occidente hay muy pocas cosas que hayan cambiado desde la Edad Media: las elites occidentales siempre han odiado a Rusia por ser ortodoxa y por negarse a ser conquistada.
Pepe Escobar: Ucrania es, en definitiva, la retorcida estrategia de venganza del gobierno de Obama por no haberles permitido que bombardeasen Siria (la cual, de hecho, se salvó de ello, y de otras consecuencias horribles, gracias a Moscú). Las únicas cosas que para Washington tienen importancia en Ucrania son, en este orden: 1) bases para la OTAN; 2) Oleoductistán y el control por las petroleras estadounidenses de la riqueza en petróleo y gas sin explorar; 3) la adquisición para las grandes empresas agroalimentarias de EE.UU. de las fértiles tierras ucranianas. La UE no necesita a Ucrania ni tampoco la desea, ya que tendría que salvarla de la quiebra con fondos que no tiene (por otra parte, la operación enfurecería aún más a millones de europeos, ya indigentes.)
El hecho de que Rusia sea ya una superpotencia capaz de detener a EE.UU. (como demostró la crisis siria) o de que Rusia no tenga ningún deseo de convertirse en otra Unión Soviética o cualquier otro tipo de imperio (los imperios son costosos y los rusos no tienen ningún deseo de convertirse en otra URSS) no cambia las premisas: la plutocracia estadounidense lo cree y actúa con arreglo a dicha creencia. Por otra parte, las elites de Estados Unidos se sintieron humilladas por la crisis siria y ahora quieren demostrarle a Rusia y al resto del mundo “quién es el que manda”. Por último, si a todo esto se le añade la influencia de algunos lobbies étnicos muy poderosos que comparten un odio común hacia Rusia (judíos, ucranianos, polacos) se obtiene una política cuyo único objetivo es ponerle las cosas a Rusia lo peor posible. Esto no es nuevo. Durante la guerra de Afganistán, EE.UU. estuvo dispuesto a respaldar totalmente a los peores tipos de terroristas wahabíes con tal de hacerle daño a la URSS.
Ahora, EE.UU. está apoyando a nacionalistas neofascistas y violentos. La única condición para que cualquier grupo terrorista, por loco y perverso que sea, obtenga dinero de la CIA y sus afiliados es que aborrezca a Rusia. Las guerras de Croacia, Bosnia y Kosovo no tenían otro propósito que “pegársela a los rusos”. Y si miramos más de cerca al núcleo de este odio demencial de las elites estadounidenses hacia Rusia nos encontraremos con que en Occidente hay muy pocas cosas que hayan cambiado desde la Edad Media: las elites occidentales siempre han odiado a Rusia por ser ortodoxa y por negarse a ser conquistada.
Pepe Escobar: Ucrania es, en definitiva, la retorcida estrategia de venganza del gobierno de Obama por no haberles permitido que bombardeasen Siria (la cual, de hecho, se salvó de ello, y de otras consecuencias horribles, gracias a Moscú). Las únicas cosas que para Washington tienen importancia en Ucrania son, en este orden: 1) bases para la OTAN; 2) Oleoductistán y el control por las petroleras estadounidenses de la riqueza en petróleo y gas sin explorar; 3) la adquisición para las grandes empresas agroalimentarias de EE.UU. de las fértiles tierras ucranianas. La UE no necesita a Ucrania ni tampoco la desea, ya que tendría que salvarla de la quiebra con fondos que no tiene (por otra parte, la operación enfurecería aún más a millones de europeos, ya indigentes.)
2- ¿Cuál creen que es el objetivo estratégico de Rusia (o de Putin) y la forma táctica para alcanzarlo?
DO:
Impedir una mayor intervención de la UE/OTAN; garantizar los derechos
de los rusoparlantes en lo que ha sido durante siglos territorio ruso;
hacer respetar el estado de derecho internacional. Posiblemente también
vengar las acciones de la OTAN contra Serbia en Kosovo.
The Saker: Para Rusia el objetivo es simple: la supervivencia como nación, país y civilización. En este sentido, no se trata de una “política de Putin”, sino de una “política rusa”: a excepción de unos cuantos partidos pequeños financiados por la CIA, que representan no más del 1-2 por ciento de la población rusa, hay un consenso entre todos los grandes movimientos políticos de Rusia en apoyo de la actual posición del país en esta crisis, que los rusos ven como una amenaza existencial. Cuando la OTAN bombardeó a los serbios en Croacia, Bosnia y Kosovo, Rusia estaba gobernada por un títere borracho prooccidental, Yeltsin, y por una banda de oligarcas, en su mayoría judíos, llamada la semibankirshchina (los siete banqueros): Rusia era entonces muy parecida a la actual Ucrania. Pero, incluso entonces, la mayoría de los rusos entendieron perfectamente que el alboroto de EE.UU. en los Balcanes era un mensaje que les dirigían a ellos: “Presten atención a lo que podemos hacer a sus aliados: los próximos serán ustedes”. Este sentimiento se vio reforzado en gran medida por la guerra encubierta de EE.UU. contra Siria, cuando la mayoría de los rusos comprendieron que Assad estaba liquidando en Siria al mismo tipo de matones wahabíes sanguinarios que Putin tuvo que aplastar en Chechenia.
Muchos rusos en ese momento se dijeron, “Tenemos que dar gracias a Assad por liquidarlos allí, para que no tengamos que hacerlo aquí” y “Si dejamos que derroquen a Assad, nosotros seremos los siguientes”. Lo que se escucha hoy en Rusia es: “Esta vez no se trata ya de los serbios o los sirios, esta vez se trata de nosotros”. Así pues, para la gran mayoría de los rusos –incluido Putin– el principal objetivo estratégico es simple: no dejar que Rusia se convierta en el próximo Bosnia, Kosovo o Siria. En otras palabras: la supervivencia. El segundo objetivo estratégico de Rusia es impedir que toda Ucrania se convierta en un Banderastán [1] y que la población rusoparlante sea esclavizada por un régimen abiertamente racista y neofascista. El tercer objetivo estratégico de Rusia es alcanzar los dos primeros, si es posible, sin provocar una guerra con EE.UU./OTAN. He de señalar que la relación de estas metas es de tipo prioritario y que si EE.UU./OTAN. amenazan con una guerra a gran escala, el Kremlin no dará marcha atrás si fracasa en sus dos primeros objetivos estratégicos. No nos equivoquemos, Rusia está dispuesta a ir a la guerra por estos objetivos, Putin no va de farol. En cuanto a la táctica elegida por Rusia, es sofisticada. Como reza el dicho: “Cuando Rusia se ve amenazada, no se enoja, se concentra”. Esto es lo que sucede hoy en día. La esencia de la táctica de Rusia es la siguiente: en primer lugar, proteger militarmente Crimea para permitirle romper con el actual Banderastán y, con ello, sentar un precedente y un ejemplo: mientras que en la mitad de las regiones que actualmente controlan los neofascistas las pensiones no se están pagando en absoluto, y mientras que el régimen revolucionario de Kiev ya ha indicado que planea recortar todas las pensiones en un 50%, en Crimea todos los salarios y servicios sociales serán pagados en su totalidad a todos, incluso a los que dimitieron para no reconocer a las autoridades de Crimea. La gente en Banderastán está a punto de descubrir que dirigir un país es algo más que golpear a policías desarmados y cantar el himno nacional. Entonces, Rusia ha amenazado con usar la fuerza militar si las fuerzas banderistas tratan de someter por la fuerza al sur (Odessa, Nikolaev, Kherson) y al este (Donetsk, Kharkov, Dnepropetrovsk, Lugansk). Esta amenaza a la vez disuade a los banderistas de ir más lejos con su violencia, al mismo tiempo que proporciona a los rusoparlantes algo parecido a una “red de seguridad” para su protesta y sus acciones de desobediencia civil.
En tercer lugar, el Kremlin sabe que el recién creado Banderastán está en quiebra y que EE.UU. y la UE nunca van a poner sobre la mesa una cantidad de dinero remotamente parecida a la necesaria para rescatarlo. No sólo ha dejado Rusia de enviar dinero a Ucrania, sino que Gazprom ha declarado que el anterior acuerdo alcanzado con Yanukovich ha sido violado por el nuevo régimen, por lo que el precio del gas para Ucrania va a aumentar ahora considerablemente. Por último, las partes más ricas de Ucrania son, precisamente, el Este y Sur del país, que ahora están considerando la posibilidad de no pagar impuestos al régimen ilegal de Kiev. Y si los banderistas tienen éxito en la ocupación del Este, entonces toda su industria se derrumbaría de inmediato, ya que depende por completo de Rusia. Así pues, el tiempo corre a favor de Rusia y el nuevo Banderastán simplemente no es viable. Sin dinero, sin energía y sin la posibilidad de gobernar por el terror (al menos en el Sur y el Este), el nuevo régimen se derrumbará sin remedio. Rusia sólo volverá a la normalidad con Ucrania una vez que los neofascistas hayan desaparecido y un régimen civilizado vuelva al poder en Kiev.
PE: El objetivo estratégico número uno es evitar la instalación de bases de la OTAN en Ucrania. Los servicios de inteligencia rusos frustraron un golpe de Estado en Crimea que iba a repetir el golpe de Estado en Kiev. Éste hubiera llevado –a más largo plazo– a que los golpistas de Kiev rompieran el tratado existente entre Rusia y Ucrania en lo que respecta a Sebastopol, abriendo así el camino a la OTAN. Es esto lo que precipitó el envío de las fuerzas especiales –Spetsnaz– a Crimea. Putin sopesó los pros y los contras. Es una jugada de ajedrez. Habría perdido en el Oeste, pero ganando en el interior (donde es más popular que nunca), manteniendo Sebastopol y, si Crimea vuelve a unirse a Rusia, sería Gazprom quien explotaría los inmensos depósitos de petróleo y gas de la península, no las grandes petroleras estadounidenses.
The Saker: Para Rusia el objetivo es simple: la supervivencia como nación, país y civilización. En este sentido, no se trata de una “política de Putin”, sino de una “política rusa”: a excepción de unos cuantos partidos pequeños financiados por la CIA, que representan no más del 1-2 por ciento de la población rusa, hay un consenso entre todos los grandes movimientos políticos de Rusia en apoyo de la actual posición del país en esta crisis, que los rusos ven como una amenaza existencial. Cuando la OTAN bombardeó a los serbios en Croacia, Bosnia y Kosovo, Rusia estaba gobernada por un títere borracho prooccidental, Yeltsin, y por una banda de oligarcas, en su mayoría judíos, llamada la semibankirshchina (los siete banqueros): Rusia era entonces muy parecida a la actual Ucrania. Pero, incluso entonces, la mayoría de los rusos entendieron perfectamente que el alboroto de EE.UU. en los Balcanes era un mensaje que les dirigían a ellos: “Presten atención a lo que podemos hacer a sus aliados: los próximos serán ustedes”. Este sentimiento se vio reforzado en gran medida por la guerra encubierta de EE.UU. contra Siria, cuando la mayoría de los rusos comprendieron que Assad estaba liquidando en Siria al mismo tipo de matones wahabíes sanguinarios que Putin tuvo que aplastar en Chechenia.
Muchos rusos en ese momento se dijeron, “Tenemos que dar gracias a Assad por liquidarlos allí, para que no tengamos que hacerlo aquí” y “Si dejamos que derroquen a Assad, nosotros seremos los siguientes”. Lo que se escucha hoy en Rusia es: “Esta vez no se trata ya de los serbios o los sirios, esta vez se trata de nosotros”. Así pues, para la gran mayoría de los rusos –incluido Putin– el principal objetivo estratégico es simple: no dejar que Rusia se convierta en el próximo Bosnia, Kosovo o Siria. En otras palabras: la supervivencia. El segundo objetivo estratégico de Rusia es impedir que toda Ucrania se convierta en un Banderastán [1] y que la población rusoparlante sea esclavizada por un régimen abiertamente racista y neofascista. El tercer objetivo estratégico de Rusia es alcanzar los dos primeros, si es posible, sin provocar una guerra con EE.UU./OTAN. He de señalar que la relación de estas metas es de tipo prioritario y que si EE.UU./OTAN. amenazan con una guerra a gran escala, el Kremlin no dará marcha atrás si fracasa en sus dos primeros objetivos estratégicos. No nos equivoquemos, Rusia está dispuesta a ir a la guerra por estos objetivos, Putin no va de farol. En cuanto a la táctica elegida por Rusia, es sofisticada. Como reza el dicho: “Cuando Rusia se ve amenazada, no se enoja, se concentra”. Esto es lo que sucede hoy en día. La esencia de la táctica de Rusia es la siguiente: en primer lugar, proteger militarmente Crimea para permitirle romper con el actual Banderastán y, con ello, sentar un precedente y un ejemplo: mientras que en la mitad de las regiones que actualmente controlan los neofascistas las pensiones no se están pagando en absoluto, y mientras que el régimen revolucionario de Kiev ya ha indicado que planea recortar todas las pensiones en un 50%, en Crimea todos los salarios y servicios sociales serán pagados en su totalidad a todos, incluso a los que dimitieron para no reconocer a las autoridades de Crimea. La gente en Banderastán está a punto de descubrir que dirigir un país es algo más que golpear a policías desarmados y cantar el himno nacional. Entonces, Rusia ha amenazado con usar la fuerza militar si las fuerzas banderistas tratan de someter por la fuerza al sur (Odessa, Nikolaev, Kherson) y al este (Donetsk, Kharkov, Dnepropetrovsk, Lugansk). Esta amenaza a la vez disuade a los banderistas de ir más lejos con su violencia, al mismo tiempo que proporciona a los rusoparlantes algo parecido a una “red de seguridad” para su protesta y sus acciones de desobediencia civil.
En tercer lugar, el Kremlin sabe que el recién creado Banderastán está en quiebra y que EE.UU. y la UE nunca van a poner sobre la mesa una cantidad de dinero remotamente parecida a la necesaria para rescatarlo. No sólo ha dejado Rusia de enviar dinero a Ucrania, sino que Gazprom ha declarado que el anterior acuerdo alcanzado con Yanukovich ha sido violado por el nuevo régimen, por lo que el precio del gas para Ucrania va a aumentar ahora considerablemente. Por último, las partes más ricas de Ucrania son, precisamente, el Este y Sur del país, que ahora están considerando la posibilidad de no pagar impuestos al régimen ilegal de Kiev. Y si los banderistas tienen éxito en la ocupación del Este, entonces toda su industria se derrumbaría de inmediato, ya que depende por completo de Rusia. Así pues, el tiempo corre a favor de Rusia y el nuevo Banderastán simplemente no es viable. Sin dinero, sin energía y sin la posibilidad de gobernar por el terror (al menos en el Sur y el Este), el nuevo régimen se derrumbará sin remedio. Rusia sólo volverá a la normalidad con Ucrania una vez que los neofascistas hayan desaparecido y un régimen civilizado vuelva al poder en Kiev.
PE: El objetivo estratégico número uno es evitar la instalación de bases de la OTAN en Ucrania. Los servicios de inteligencia rusos frustraron un golpe de Estado en Crimea que iba a repetir el golpe de Estado en Kiev. Éste hubiera llevado –a más largo plazo– a que los golpistas de Kiev rompieran el tratado existente entre Rusia y Ucrania en lo que respecta a Sebastopol, abriendo así el camino a la OTAN. Es esto lo que precipitó el envío de las fuerzas especiales –Spetsnaz– a Crimea. Putin sopesó los pros y los contras. Es una jugada de ajedrez. Habría perdido en el Oeste, pero ganando en el interior (donde es más popular que nunca), manteniendo Sebastopol y, si Crimea vuelve a unirse a Rusia, sería Gazprom quien explotaría los inmensos depósitos de petróleo y gas de la península, no las grandes petroleras estadounidenses.
3-
¿Creen ustedes que los títeres habituales de EE.UU. (Alemania-Arabia
Saudí) están tratando de independizarse de sus amos? ¿Tiene Merkel una
verdadera política propia con respecto a Ucrania y Rusia? ¿Y Arabia
Saudí con respecto a Siria, Egipto e Irak?
DO:
No estoy seguro del futuro papel de marioneta de Alemania. Ya está
mucho más cerca de Rusia de lo que nadie se imagina y está bastante
descontenta con EE.UU. Arabia Saudí quería utilizar fuerzas
estadounidenses como mercenarios en Siria y, cuando no lo consiguieron,
también se enojaron con EE.UU.
The Saker: La UE se encuentra en una profunda crisis sistémica de la que no tiene ninguna posibilidad de emerger sin algunos cambios drásticos que la burocracia comunitaria se niega categóricamente ni siquiera a considerar. Para la UE, Ucrania era una oportunidad de adquirir un mercado para sus productos y servicios y la oportunidad de tratar de parecer relevante en los asuntos internacionales. Francamente, la UE necesita a Ucrania para mejorar su imagen y un ego muy dañado, de ahí sus insulsas promesas y el flujo constante de políticos comunitarios al Maidán. Y si eso significa apoyar abiertamente a racistas neofascistas y racistas, ¡que así sea! El problema para la UE es que no tiene los medios para realizar sus políticas. Claro, algunos consideran a Klichko como una marioneta de Alemania, pero ni él ni Tiagnibok ni siquiera Yatsenuik o Timoshenko realmente importan. Los importantes hoy en día en Ucrania son los miembros del Sector de Derecha de Dmitri Iarosh, el núcleo de chiflados que son la versión oesteucraniana de los talibanes. Sólo ellos importan, porque actualmente tienen el monopolio de la violencia. Es cierto, Timoshenko cuenta con el apoyo de los oligarcas y éstos tienen un montón de dinero, pero a corto plazo, al menos, un fusil tiene más poder que una maleta llena dólares. A diferencia de los “líderes de la oposición oficial”, los auténticos matones del Maidan están totalmente financiados y dirigidos por EE.UU., de ahí la brutal pero atinada afirmación de Victoria Nuland sobre el papel de la UE en la crisis actual. Por supuesto, algunos políticos de la UE se están poniendo nerviosos; al fin y al cabo, tener un gran Banderastán en el centro de Europa es algo muy peligroso, pero ningún político europeo va a desafiar abiertamente a EE.UU. y cuestionar sus políticas. En la UE, Estados Unidos “es el jefe”, y todos los políticos de la UE lo saben. El hecho es que no hay una “política de la UE”. La UE es la puta de EE.UU. y hará lo que el Tío Sam le diga que haga. Por supuesto, los políticos de la UE pueden pronunciar discursos o tener algo que recuerde vagamente a una opinión personal, pero a la hora de la verdad todos ellos son irrelevantes, y lo saben.
PE: Los títeres están empezando a pensar por sí mismos, pero hay que matizar esta afirmación. Alemania y Rusia –en términos de energía e inversión– ya tienen una asociación estratégica; pregunte a cualquier capitán de industria alemán de cierto nivel. Berlín está harto de Washington, uno de los significados de la salida por peteneras de Victoria Nuland –“Fuck the EU!”– es que EE.UU. quería un cambio de régimen ya, con su propia marioneta al mando –“ Yats”–, aunque fuera apoyado por los neonazis (Svoboda, Sector de Derecha) en lugar de tal vez más tarde con el inexperto títere alemán–Klitschko– en su lugar.
La ÚNICA política de la Casa de Saúd es su propia supervivencia, sobre todo ahora, cuando la sucesión de Abdulá sigue abierta. Eso, combinado con la paranoia y el odio irracional de los wahabíes hacia los chiíes, es lo que compone su “estrategia”. Compraron a la junta de Sisi en Egipto; un pequeño precio a pagar para deshacerse de los Hermanos Musulmanes. Les encantaría algún tipo de emirato en Siria y sus planes se han visto frustrados incluso con Bandar Bush desplegando la artillería pesada (no es de extrañar que fuera reemplazado). Y en Iraq quieren también un cambio de régimen, ya que ven a Maliki como un títere de Irán. La Casa de Saúd es LA fuente de problemas número uno en todo el Oriente Próximo.
The Saker: La UE se encuentra en una profunda crisis sistémica de la que no tiene ninguna posibilidad de emerger sin algunos cambios drásticos que la burocracia comunitaria se niega categóricamente ni siquiera a considerar. Para la UE, Ucrania era una oportunidad de adquirir un mercado para sus productos y servicios y la oportunidad de tratar de parecer relevante en los asuntos internacionales. Francamente, la UE necesita a Ucrania para mejorar su imagen y un ego muy dañado, de ahí sus insulsas promesas y el flujo constante de políticos comunitarios al Maidán. Y si eso significa apoyar abiertamente a racistas neofascistas y racistas, ¡que así sea! El problema para la UE es que no tiene los medios para realizar sus políticas. Claro, algunos consideran a Klichko como una marioneta de Alemania, pero ni él ni Tiagnibok ni siquiera Yatsenuik o Timoshenko realmente importan. Los importantes hoy en día en Ucrania son los miembros del Sector de Derecha de Dmitri Iarosh, el núcleo de chiflados que son la versión oesteucraniana de los talibanes. Sólo ellos importan, porque actualmente tienen el monopolio de la violencia. Es cierto, Timoshenko cuenta con el apoyo de los oligarcas y éstos tienen un montón de dinero, pero a corto plazo, al menos, un fusil tiene más poder que una maleta llena dólares. A diferencia de los “líderes de la oposición oficial”, los auténticos matones del Maidan están totalmente financiados y dirigidos por EE.UU., de ahí la brutal pero atinada afirmación de Victoria Nuland sobre el papel de la UE en la crisis actual. Por supuesto, algunos políticos de la UE se están poniendo nerviosos; al fin y al cabo, tener un gran Banderastán en el centro de Europa es algo muy peligroso, pero ningún político europeo va a desafiar abiertamente a EE.UU. y cuestionar sus políticas. En la UE, Estados Unidos “es el jefe”, y todos los políticos de la UE lo saben. El hecho es que no hay una “política de la UE”. La UE es la puta de EE.UU. y hará lo que el Tío Sam le diga que haga. Por supuesto, los políticos de la UE pueden pronunciar discursos o tener algo que recuerde vagamente a una opinión personal, pero a la hora de la verdad todos ellos son irrelevantes, y lo saben.
PE: Los títeres están empezando a pensar por sí mismos, pero hay que matizar esta afirmación. Alemania y Rusia –en términos de energía e inversión– ya tienen una asociación estratégica; pregunte a cualquier capitán de industria alemán de cierto nivel. Berlín está harto de Washington, uno de los significados de la salida por peteneras de Victoria Nuland –“Fuck the EU!”– es que EE.UU. quería un cambio de régimen ya, con su propia marioneta al mando –“ Yats”–, aunque fuera apoyado por los neonazis (Svoboda, Sector de Derecha) en lugar de tal vez más tarde con el inexperto títere alemán–Klitschko– en su lugar.
La ÚNICA política de la Casa de Saúd es su propia supervivencia, sobre todo ahora, cuando la sucesión de Abdulá sigue abierta. Eso, combinado con la paranoia y el odio irracional de los wahabíes hacia los chiíes, es lo que compone su “estrategia”. Compraron a la junta de Sisi en Egipto; un pequeño precio a pagar para deshacerse de los Hermanos Musulmanes. Les encantaría algún tipo de emirato en Siria y sus planes se han visto frustrados incluso con Bandar Bush desplegando la artillería pesada (no es de extrañar que fuera reemplazado). Y en Iraq quieren también un cambio de régimen, ya que ven a Maliki como un títere de Irán. La Casa de Saúd es LA fuente de problemas número uno en todo el Oriente Próximo.
4- Volviendo a Ucrania, ¿están de acuerdo con el análisis de Christopher Westdal de que Ucrania debería permitir que Crimea se vaya, pero sin que Putin la ganase? ¿Qué opinan?
DO:
Ucrania no tiene nada que decir en este asunto. La unión con Rusia será
una decisión que tomarán las gentes de Crimea y los legisladores rusos.
Es probable que la posición de Putin gire en torno a lo que más
contribuya a su popularidad entre los rusos y me imagino que la
absorción de Crimea le ayudará al máximo.
The Saker: El análisis de Westdal es básicamente erróneo, porque pasa por alto dos hechos fundamentales: en primer lugar, Rusia no es una dictadura y la guerra de Crimea es tierra sagrada de Rusia por la que un gran número de rusos murieron a lo largo de siglos. Si Putin decidiera entregar Crimea a los banderistas se enfrentaría a una situación muy fea en su país, con una opinión pública indignada. Segundo error: Westdal cree que Rusia necesita un “argumento” para controlar de alguna manera a Ucrania. Ya no existe “Ucrania”, el experimento ha terminado, todo lo que tenemos ahora es un Banderastán en el Centro y el Oeste de Ucrania, una región que se disputan de una forma u otra en el Este y el Sur, y una Crimea, que se ha ido para siempre. En cuanto al actual régimen neofascista de Kiev, de todos modos no es viable y Rusia tiene un montón de otros “argumentos” para negociar con cualquier futura y arruinada Ucrania, que será la sucesora del actual Banderastán. En pocas palabras: si los habitantes de Crimea quieren unirse a Rusia, Putin no tiene más remedio que estar de acuerdo con esto.
PE: Esencialmente, es correcto. Crimea es mucho más útil (y menos costosa) para Putin si forma parte de Ucrania –con un enorme grado de autonomía– que incorporada a la Federación Rusa. Queda por ver cómo se puede utilizar el resultado del referéndum dirigido por el Kremlin para conseguir “concesiones” de Kiev, en el supuesto de que Kiev y Moscú comenzaran a hablar, lo que tendrán que hacer. Lo más importante para Rusia es la intangibilidad de Sebastopol y la certeza de que no habrá bases de la OTAN. Dudo que Kiev pueda asegurar ninguno de los dos puntos.
The Saker: El análisis de Westdal es básicamente erróneo, porque pasa por alto dos hechos fundamentales: en primer lugar, Rusia no es una dictadura y la guerra de Crimea es tierra sagrada de Rusia por la que un gran número de rusos murieron a lo largo de siglos. Si Putin decidiera entregar Crimea a los banderistas se enfrentaría a una situación muy fea en su país, con una opinión pública indignada. Segundo error: Westdal cree que Rusia necesita un “argumento” para controlar de alguna manera a Ucrania. Ya no existe “Ucrania”, el experimento ha terminado, todo lo que tenemos ahora es un Banderastán en el Centro y el Oeste de Ucrania, una región que se disputan de una forma u otra en el Este y el Sur, y una Crimea, que se ha ido para siempre. En cuanto al actual régimen neofascista de Kiev, de todos modos no es viable y Rusia tiene un montón de otros “argumentos” para negociar con cualquier futura y arruinada Ucrania, que será la sucesora del actual Banderastán. En pocas palabras: si los habitantes de Crimea quieren unirse a Rusia, Putin no tiene más remedio que estar de acuerdo con esto.
PE: Esencialmente, es correcto. Crimea es mucho más útil (y menos costosa) para Putin si forma parte de Ucrania –con un enorme grado de autonomía– que incorporada a la Federación Rusa. Queda por ver cómo se puede utilizar el resultado del referéndum dirigido por el Kremlin para conseguir “concesiones” de Kiev, en el supuesto de que Kiev y Moscú comenzaran a hablar, lo que tendrán que hacer. Lo más importante para Rusia es la intangibilidad de Sebastopol y la certeza de que no habrá bases de la OTAN. Dudo que Kiev pueda asegurar ninguno de los dos puntos.
5-
Sobre la base de su experiencia, ¿qué consejos podrían dar a quienes
luchan contra regímenes despóticos para que no caigan en la trampa de
una revolución de colores?
DO:
Que no acepten ayuda de EE.UU. ni de la UE. Que hagan todo lo posible
para desacreditar el trabajo de las ONG occidentales y que las echen del
país tan pronto como les sea posible.
The Saker: Que nunca acepten el dinero o el apoyo de ningún imperio. Que nunca acepten en sus filas a nadie que esté dispuesto a recibir dinero o ayuda de un imperio. Y que recuerden siempre que un mal Estado y un mal régimen son siempre preferibles a ningún Estado y ningún régimen. Lo que esto último significa es: no utilicen la violencia para derrocar a un régimen que odian, aunque les resulte opresivo. En primer lugar, la violencia siempre genera miedo y más violencia. Pero, aún más importante, la violencia a menudo conduce al colapso no sólo del régimen que odian, sino también del propio Estado. Y cuando la anarquía se desata, siempre llegan al poder los gánsteres más violentos y despiadados. Cuando luchen contra un régimen opresor al que odian combatan su ideología, su autoridad, no le demuestren ningún respeto, búrlense abiertamente de él, pero no utilicen la violencia y nunca luchen contra sus propios compatriotas. Combatan las ideas, no a las personas.
Se puede ganar una guerra de liberación nacional contra un ocupante extranjero, pero no se puede ganar una guerra civil. Busquen la reconciliación, no la venganza; muestren compasión hacia “el otro” y nunca ignoren la voz de su propia conciencia. Hagan siempre la distinción entre lo correcto y lo incorrecto, pero nunca entre “nuestra gente” y “su gente”, en la medida en que todos los seres humanos son igualmente preciosos a los ojos de Dios. Delen a su lealtad sólo a Dios y “ No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación” (Salmo 145). Si mantienen su corazón y su conciencia puros, ningún imperio los convertirá en su títeres.
PE: Mantengan una estrecha vigilancia y estén bien informados sobre las ONG del tipo de la National Endowment for Democracy (NED) y Freedom House y sobre el método con el que instrumentalizan cualquier disidencia a favor de sus propios fines de cambio de régimen. Y otro tanto en relación con las maniobras del Departamento de Estado, entre ellas los poco fiables embajadores estadounidenses del tipo agitador. Sigan el rastro del dinero, sigan la propaganda, sigan a quién esté buscando su “apoyo”.
Nota:
[1] Banderastán: "el país de Bandera"- Stepan Bandera" (1909-1959): ultranacionalista ucraniano de Galitzia, de tendencia fascista, que dirigió la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) y el Ejército Insurgente Ucraniano (UPA). Intentó aprovechar la ocupación alemana para proclamar una Ucrania independiente combatiendo al ejército soviético. Exiliado en Alemania federal después de la guerra, trabajó sucesivamente para la CIA, el MI6 y el BND alemán. Fue asesinado por un agente del KGB en Múnich en 1959. Está considerado como héroe nacional por los grupos ultranacionalistas ucranianos, que se consideran sus herederos. [NdE]
Fuente: http://tlaxcala-int.org/article.asp?reference=11751
The Saker: Que nunca acepten el dinero o el apoyo de ningún imperio. Que nunca acepten en sus filas a nadie que esté dispuesto a recibir dinero o ayuda de un imperio. Y que recuerden siempre que un mal Estado y un mal régimen son siempre preferibles a ningún Estado y ningún régimen. Lo que esto último significa es: no utilicen la violencia para derrocar a un régimen que odian, aunque les resulte opresivo. En primer lugar, la violencia siempre genera miedo y más violencia. Pero, aún más importante, la violencia a menudo conduce al colapso no sólo del régimen que odian, sino también del propio Estado. Y cuando la anarquía se desata, siempre llegan al poder los gánsteres más violentos y despiadados. Cuando luchen contra un régimen opresor al que odian combatan su ideología, su autoridad, no le demuestren ningún respeto, búrlense abiertamente de él, pero no utilicen la violencia y nunca luchen contra sus propios compatriotas. Combatan las ideas, no a las personas.
Se puede ganar una guerra de liberación nacional contra un ocupante extranjero, pero no se puede ganar una guerra civil. Busquen la reconciliación, no la venganza; muestren compasión hacia “el otro” y nunca ignoren la voz de su propia conciencia. Hagan siempre la distinción entre lo correcto y lo incorrecto, pero nunca entre “nuestra gente” y “su gente”, en la medida en que todos los seres humanos son igualmente preciosos a los ojos de Dios. Delen a su lealtad sólo a Dios y “ No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación” (Salmo 145). Si mantienen su corazón y su conciencia puros, ningún imperio los convertirá en su títeres.
PE: Mantengan una estrecha vigilancia y estén bien informados sobre las ONG del tipo de la National Endowment for Democracy (NED) y Freedom House y sobre el método con el que instrumentalizan cualquier disidencia a favor de sus propios fines de cambio de régimen. Y otro tanto en relación con las maniobras del Departamento de Estado, entre ellas los poco fiables embajadores estadounidenses del tipo agitador. Sigan el rastro del dinero, sigan la propaganda, sigan a quién esté buscando su “apoyo”.
Nota:
[1] Banderastán: "el país de Bandera"- Stepan Bandera" (1909-1959): ultranacionalista ucraniano de Galitzia, de tendencia fascista, que dirigió la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) y el Ejército Insurgente Ucraniano (UPA). Intentó aprovechar la ocupación alemana para proclamar una Ucrania independiente combatiendo al ejército soviético. Exiliado en Alemania federal después de la guerra, trabajó sucesivamente para la CIA, el MI6 y el BND alemán. Fue asesinado por un agente del KGB en Múnich en 1959. Está considerado como héroe nacional por los grupos ultranacionalistas ucranianos, que se consideran sus herederos. [NdE]
Fuente: http://tlaxcala-int.org/article.asp?reference=11751