La
negociación entre Estados Unidos y Rusia se dio de manera telefónica el
16 de marzo y luego en sesión de trabajo en la Casa Blanca se llegó a
un acuerdo por escrito para resolver la crisis en Ucrania en donde se
les estará dando amplia autonomía a los estados federados que conforman a
Ucrania
Les dejo el artículo obtenido de la red Voltaire…
No hay que dudas que los “luchadores por la democracia” en Kiev no estarán contentos con sus patrones Occidentales.
Texto del comunicado de la parte rusa:
Ucrania: Lavrov y Kerry de acuerdo para una reforma de la constitución
(Reuters)
En su comunicado, el ministerio indica que «Serguei Lavrov y John Kerry
decidieron de común acuerdo proseguir sus esfuerzos para encontrar una
solución a la crisis en Ucrania promoviendo sin demora una reforma
constitucional con el respaldo de la Comunidad Internacional» [1].
Son
los rusos quienes presentaron la idea de una reforma constitucional,
como lo demuestra uno de sus documentos de trabajo, que reproducimos a
continuación:
Este documento enuncia las modalidades de elaboración de una nueva constitución y define parcialmente el marco para ello:
El idioma ruso volverá a ser uno de los idiomas oficiales, junto al ucraniano.
Las regiones dispondrán de una amplia autonomía.
No habrá ningún tipo de injerencia en los asuntos de la iglesia ortodoxa y las relaciones entre los cultos.
Ucrania conservará su neutralidad política y militar.
Toda decisión de Crimea de consolidar su autonomía será reconocida, sea cuales fueren las modalidades.
Todas
esas disposiciones estarán garantizadas por «grupo de respaldo para
Ucrania» compuesto de Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia, grupo
que actuará en el marco de una resolución del Consejo de Seguridad de la
ONU.
Al
parecer, Kerry o Obama suscribieron estas disposiciones en lo esencial.
Y ahora las mencionan por su cuenta y, por supuesto, atribuyéndose su
paternidad mientras que el contenido del «documento de trabajo» ruso
demuestra exactamente lo contrario. Incluso se han dado a conocer varios
llamados urgentes de John Kerry a Serguei Lavrov para que acepte las
medidas que ya Rusia había exigido anteriormente y que el secretario de
Estado nunca había mencionado hasta entonces [2].
Veamos lo que anuncia el Departamento de Estado:
El
secretario de Estado John Kerry instó a Rusia a reenviar a sus
cuarteles las tropas desplegadas en Crimea, a hacer retroceder las
fuerzas posicionadas en la frontera ucraniana, a no seguir echando leña
al fuego en la parte oriental de Ucrania
y a respaldar las reformas políticas tendientes a proteger a los
ucranianos de origen ruso, a los rusófonos y las otras minorías
lingüísticas de la ex República soviética de los que Moscú dice
preocuparse. En uno de sus intercambios con Serguei Lavrov, el segundo
desde su infructuoso encuentro del viernes en Londres, John Kerry insta a
Rusia a «respaldar los esfuerzos de los ucranianos de todos los
orígenes y de todas las convicciones por resolver la cuestión de la
distribución del poder y la descentralización, en el marco de un proceso
de reforma constitucional que abarque todos los sectores de la sociedad
y que proteja los derechos de las minorías».
Parece
que Obama ha tirado la toalla. El complot estadounidense destinado a
poner fin a la influencia de Rusia en Ucrania y a incluir este último
país en la Unión Europea parece haber fracasado.
El regreso de Crimea a la Federación Rusa y el voto masivo de la
población a favor de ese paso (96% de los votos válidos) han confirmado
el fracaso total de los planes de Estados Unidos y de su principal
objetivo: sacar a los rusos de Sebastopol y cerrarles a la vez la puerta
del Medio Oriente.
Al
agregarse a lo anterior, la amenaza rusa –que se ha mantenido en
secreto– de hacerse inmediatamente del control de las provincias del
este y del sur de Ucrania ha llevado a los estadounidenses a aceptar las
condiciones de Moscú. Sin esa aceptación, la única opción que les
quedaba era el inicio de un conflicto armado en el que no estaban
dispuestos a aventurarse ni Estados Unidos ni los países europeos. A
pesar de la propaganda anti-rusa de los grandes medios de prensa, el
pueblo estadounidense y los pueblos de la Unión Europea se oponen
mayoritariamente a una confrontación de ese tipo. Washington nunca tuvo en su poder los elementos necesarios para ganar la partida.
Si
todo funciona de la mejor manera, con la adopción de una nueva
constitución ucraniana conforme a las exigencias de Moscú, Occidente se
ganará el privilegio de pagar las facturas mensuales que Gazprom seguirá
enviando a Kiev.
Implementar
todos estos cambios llevará tiempo. Habrá que ver los golpes bajos que
van a tratar de inventar los neoconservadores para tratar de modificar
la situación.