Les
dejo el articulo de la RED Voltaire, sobre el complot para aumentar la
violencia matando civiles como fuerzas policiacas durante el
levantamiento en Plaza Independencia en Kiev.
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Ya
se ha convertido en un ritual que siempre funciona. Cada vez que
Washington quiere cambiar un régimen, aparecen misteriosos
francotiradores que disparan a la vez contra fuerzas gubernamentales y
contra manifestantes de la oposición. Y después desaparecen sin dejar
rastro. Así sucedió en Siria, en Ucrania y en Venezuela. En Siria, el
resultado de los acontecimientos de Deraa fue que una parte de la
población pasó un año sublevada contra el gobierno. En Venezuela, los
forenses demostraron que los asesinos abatieron personas de ambos bandos
y las protestas han ido extinguiéndose. En Ucrania, las conversaciones
telefónicas interceptadas y las reacciones que su publicación ha
suscitado ya no dejan espacio para las dudas, estima Wayne Madsen.
A
raíz de la revelación al gran público de las conversaciones telefónicas
[sobre Ucrania] recientemente interceptadas, se ha levantado una
esquina del velo sobre los designios secretos para Ucrania de dos de las
figuras femeninas que hacen de mascarones de proa de la política
exterior de Occidente: Victoria Nuland, secretaria de Estado
estadounidense a cargo de asuntos europeos y euroasiáticos, y Catherine
Ashton, representante oficial de la Unión Europea y en otros tiempos
propagandista de primera línea de la campaña por el desarme nuclear
impulsada por Gran Bretaña.
Catherine
Ashton, cuya conversación telefónica con el ministro de Relaciones
Exteriores de Estonia Urmas Paet fue la segunda que se divulgó desde el
inicio del año, ostenta desde el 1º de diciembre de 2009 el rimbombante
título de Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores
y Política de Seguridad. Ya tenía anteriormente, desde 1999, año de su
ascenso a la Cámara de los Lores, el risible y muy feudal título de
baronesa Ashton de Upholland.
Los
admiradores de Lady Ashton sobredimensionan sus méritos. Un video
grabado en la sede la Unión Europea en Bruselas la muestra, en el
ejercicio de sus funciones de ministra de Relaciones Exteriores de la
UE, completamente fuera de sí porque ni ella, ni Robert Cooper –su
enviado británico en los Balcanes– tenían la menor idea de qué cara
podía tener Tomislav Nikolic –el presidente de Serbia–, cuando sólo les
faltaban unos pocos minutos para tener que recibirlo en la ceremonia de
bienvenida organizada expresamente para él.
Catherine
Ashton está casada con Peter Kellner, ex periodista británico miembro
de la dirección del instituto de sondeos YouGov. Esta empresa vive no
sólo de la realización de sondeos políticos y electorales sino que
también alimenta el suspense en la prensa de la farándula con sondeos de
opinión de pronósticos sobre quién será el nuevo ídolo en cada etapa de
los concursos que proponen programas de televisión tan estúpidos como
Pop Idol y X-Factor.
En
su conversación del 26 de febrero con la baronea Ashton, el ministro de
Relaciones Exteriores de Estonia, Urmas Paet, le comunica que, según
una fuente creíble, manifestantes y policías ucranianos fueron abatidos
por los mismos francotiradores [1]. Paet había estado en Kiev el 25 de
febrero, durante los violentos enfrentamientos entre manifestantes y
policías en la plaza Maidan. Ahora resulta evidente que francotiradores y
otros provocadores, incluyendo bandas neonazis y mercenarios
extranjeros a las órdenes de la oposición política ucraniana,
exacerbaron los hechos de violencia.
En la conversación grabada,
Paet revela a Ashton que una médico ucraniana, la doctora Olga
Bogomolets, importante figura de la sociedad civil, le hizo saber,
durante su estancia en Kiev, que las balas que abatieron manifestantes y
policías provenían de las mismas armas y que la oposición estaba
encubriendo a los asesinos. La Dra. Bogomolets no es miembro de la
corte de Viktor Yanukovich, el presidente ahora en exilio, sino que fue
médico personal de Viktor Yuchenko, el presidente instalado por la
«revolución naranja»; fue subsidiada por Radio Liberty, financiada por
George Soros y la CIA y llamó a sus estudiantes de medicina a participar
en las manifestaciones de la plaza Maidan. Esta es la Dra.
Bogomolets que le dijo a Paet que las balas que mataron indistintamente
manifestantes y policías salieron de las mismas armas y que la mano de
la oposición estaba detrás de los ataques. Es importante señalar
también que la Dra. Bogomolets rechazó la proposición –de la oposición–
de participar en el nuevo gobierno como ministra delegada a cargo de
asuntos humanitarios.
Según
lo que puede oírse en la llamada telefónica interceptada –al parecer–
por agentes de los servicios de seguridad ucranianos (SB) aún fieles a
Yanukovich, la señora Ashton dice haberse quedado atónita cuando
Paet le anuncia que todo parece indicar que la oposición ucraniana
orquestó la masacre de más de 70 de sus propios partidarios, cifra a la
que habría que agregar los policías abatidos. La lluvia de balas
desatada por los misteriosos francotiradores no es otra cosa que una
operación false flag [bajo bandera falsa] montada por la oposición y por
sus padrinos de Occidente para suscitar simpatía y respaldo de parte de
la opinión pública.
Veamos el diálogo entre el ministro de Relaciones Exteriores de Estonia y la jefa de la diplomacia de la Unión Europea:
Paet: «Todas
las pruebas muestran que las personas de ambos bandos abatidas por los
francotiradores, los policías y la gente que estaban en la calle, eran
los mismos francotiradores quienes los mataban, a los de ambos bandos…
Ella [la Dra. Bogomolets] me mostró también fotos. Me dijo que, como
médico, ella podía decirme que era la misma firma, el mismo tipo de
balas… y es muy inquietante que ahora los de la nueva coalición no
quieran investigar qué fue lo que pasó exactamente. Por lo tanto, en
este momento, es cada vez más evidente para todo el mundo que no es
Yanukovich quien está detrás de los francotiradores apostados en los
techos. Era alguien de la nueva coalición.»
Ashton:
«Yo pienso que tenemos, efectivamente, que investigar. Quiero decir… No
me habían hablado de esta historia. Es muy interesante… ¡Vaya…!»
Paet: «Así que era muy preocupante ver todo eso circulando y cobrar importancia. Eso ya desacredita la nueva coalición.»
Al
responder a Paet, Ashton se esfuerza seguidamente por levantar dudas
sobre la información que han recogido la Dra. Bogomolets y él mismo,
información que muestra que la oposición estaba detrás de los disparos
contra manifestantes y policías. Ashton defiende a los diputados de la
oposición implicados en las protestas, se expresa contra los médicos y
declara, refiriéndose a los dirigentes de las protestas:
Ashton:
«Ellos tienen que ocuparse de eso también. Pero su tarea es exigir la
aplicación de cambios profundos y hacer funcionar el parlamento [Rada].
Si no funciona el parlamento es el caos total lo que les espera. Así que
podemos pensar que un manifestante, que un médico, es alguien que
cuenta, que cuenta mucho. Pero no son responsables políticos. Y, de una u
otra manera, esa gente va a tener que acostumbrarse a la situación en
las próximas semanas.»
Fundamentalmente,
lo que Ashton le dice a Paet es que, como militante y médico, la Dra.
Bogomolets no debe andar criticando las decisiones políticas
maquiavélicas de la oposición parlamentaria ucraniana dirigida por el
trío Klichko–Yatseniuk–Tiagnibok (o sea el boxeador, el veterano del
Banco Mundial y el jefe de los neonazis del partido Svoboda).
En otras palabras, la
señora Ashton estima que un boxeador, un tecnócrata del Banco Mundial y
un matón nazi están más calificados para decidir el destino de Ucrania
que una mujer científica preocupada por aclarar el papel de la oposición
en la masacre perpetrada contra los manifestantes de su propio bando,
utilizados como carne de cañón, y el asesinato de los policías que
trataban de restablecer el orden público.
En
cuanto se reveló esta conversación entre la señora Ashton y el señor
Paet, los grandes medios de prensa que controlan la información en
Occidente pusieron en duda su autencidad. Para ello recurrieron a todos
sus sarcasmos y lemas anticonspiracionistas habituales.
Pero
los servicios del ministro de Relaciones Exteriores de Estonia
confirmaron la autenticidad de la grabación en una nota de prensa que
indica:
«La
conversación entre el ministro de Relaciones Exteriores Urmas Paet y la
responsable de Relaciones Exteriores de la Unión Europea Catherine
Ashton divulgada hoy en Internet es auténtica.
Se
trata de un intercambio telefónico. Esas palabras fueron intercambiadas
por Urmas Paet y Catherine Ashton, el 26 de febrero, después de un
viaje a Ucrania del ministro estoniano de Relaciones Exteriores,
inmediatamente después de la interrupción de los hechos violentos.
El
ministro de Relaciones Exteriores Urmas Paet informa sobre los
comentarios que emitió en las reuniones del día anterior y expresa sus
preocupaciones sobre la situación en desarrollo.
El
señor Paet ha señalado que le parece “totalmente deplorable que esta
intercepción [de su entrevista telefónica] se haya producido”.»
Es
evidente, desde el primer momento, que los hechos registrados en
Ucrania fueron planificados por provocadores, agitadores, expertos en
«revoluciones de colores» sacados de las gavetas del Departamento de
Estado estadounidense, de la CIA, del MI6 británico y de la Unión
Europea.
La
hoja de ruta de Catherine Ashton viene a completar la de Victoria
Nuland, también inoportunamente revelada por otra intercepción
telefónica en enero de 2013 [2]. El intercambio telefónico entre
Victoria Nuland y el embajador de Estados Unidos en Ucrania Geoffrey
Pyatt reveló que la administración Obama ya estaba decidiendo quiénes
iban a recibir las carteras en el futuro gobierno ucraniano mientras que
la señora Catherine Ashton y Jeffrey Feltman, su doble ideológico y
subsecretario general adjunto de la ONU, todavía aparentaban interesarse
por la búsqueda de una solución negociada de la crisis con Yanukovich,
el presidente ucraniano electo democráticamente.
La
señora Nuland, que en la conversación telefónica se expresaba a favor
de poner a Yatseniuk a la cabeza del futuro gobierno, manifestó la
importancia que para ella tiene la cooperación con sus homólogos
europeos con un sonoro «¡Que le den por el culo a la Unión Europea!».
Antes
de esa frase, Nuland acababa de decirle a Pyatt que Estados Unidos
alcanzaría sus objetivos con el respaldo previamente negociado y
planificado de la delegación de la ONU. Feltman [3], quien dirigía esa
delegación, arrastraba en su estela al secretario general de la ONU Ban
Ki-moon, a quien los periodistas de su país designan como «la
inatrapable anguila», sobrenombre que se ganó en su época de ministro de
Relaciones Exteriores de Corea del Sur, y al diplomático Robert Serry,
enviado especial de la ONU en Ucrania.
Durante
esa misma conversación interceptada, la señora Victoria Nuland
expresaba además su gran confianza en Robert Serry, ex embajador de
Dinamarca en Ucrania, nacido en Calcuta y con un nombre más bien
inhabitual para un danés. Cuando actuaba como coordinador especial de la
ONU para el proceso de paz en el Medio Oriente, Robert Serry
acostumbraba a deplorar lo que llamaba «actitudes parciales y
discriminatorias» hacia Israel en el recinto de las Naciones Unidas. Por
supuesto, ese lenguaje no podía dejar de atraerle los favores de Nuland
y de Feltman, bien conocidos ambos por su doble adhesión a los
intereses de Israel y de Estados Unidos.
Está
claro que ni la conversación de Catherine Ashton ni la de Victoria
Nuland debían haber llegado nunca a oídos de la opinión pública. Sin
embargo, gracias a agentes leales y eficaces de los servicios de
seguridad ucranianos, el mundo conoce ahora la perfidia de estas dos
señoras que recorren alegremente un camino que puede acabar para Europa
–e incluso para el mundo entero– en un espantoso incendio.
Wayne Madsen
Fuente
Strategic Culture Foundation
[1] «Propaganda sobre Ucrania y francotiradores misteriosos», Red Voltaire, 6 de marzo de 2014.
[2]
«Conversación entre la secretaria de Estado adjunta y el embajador de
Estados Unidos en Ucrania», Oriental Review/Red Voltaire, 7 de febrero
de 2014.
[3] «Jeffrey Feltman, subsecretario general de la ONU y embajador de Estados Unidos», Red Voltaire, 7 de marzo de 2014.
Wayne Madsen
Ex-funcionario
de la National Security Agency (NSA), se convirtió en periodista
investigador especializado en el espionaje electrónico, posteriormente
en el espionaje en general. Fue jefe de sección en la revista francesa
Intelligence Online hasta que esta fue comprada por el diario francés Le
Monde. Actualmente él mismo publica la Wayne Madsen Report e interviene
regularmente en la televisión rusa internacional Russia Today emitiendo
en inglés. Ha
escrito varios libros: The Handbook of Personal Data Protection
(London: Macmillan, 1992); Genocide and Covert Operations in Africa
1993-1999 (Edwin Mellen Press, 1999); Jaded Tasks: Big Oil, Black Ops
& Brass Plates and Overthrow a Fascist Regime on $15 a Day y
co-autor de America’s Nightmare: The Presidency of George Bush II
(Dandelion, 2003).